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¿Dio el triunfo de los talibanes en Afganistán impulso a Putin para invadir definitivamente Ucrania?

Tras ocho años apostado en Crimea y el Donbas, el Kremlin lanzó definitivamente una operación a gran escala en todo el país.

¿Dio el triunfo de los talibanes en Afganistán impulso a Putin para invadir definitivamente Ucrania?

La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha generado una crisis internacional sin precedentes en Europa prácticamente desde la Guerra de los Balcanes. La afrenta se produce nueve meses después de la derrota de Occidente en Afganistán y las múltiples implicaciones que ha generado a nivel internacional.

La victoria de los talibanes fue el símbolo de la derrota de Occidente, la OTAN; y tanto Rusia como China quisieron materializarlo llevándose al nuevo régimen hacia su órbita.

Y quisieron hacerlo por tres motivos: primero, por la enorme riqueza en recursos minerales poco explotados en su territorio. Segundo, por el control del terrorismo (sobre todo el que luego penetra por sus repúblicas caucásicas en el caso de Rusia o los ataques uigures en el caso chino) y el tráfico de drogas. Pero, también, sobre todo por parte de Rusia, porque lo ocurrido en Afganistán podría resucitar nuevamente el sueño de la vieja Gran Rusia, aquel imperio que lideraba un bloque en el planeta.

Afganistán, cabe recordar, fue arrebatada a los soviéticos en el desmoronamiento de la URSS tras una guerra en la que Estados Unidos, que quería que Rusia viviera también su particular Vietnam, financió a los militantes beligerantes. Vivir ahora un escenario en el que Estados Unidos y la OTAN salían corriendo para tener al país bajo su órbita era el mejor espejo de la vuelta de una Rusia fuerte a la esfera internacional.

¿Repetir la escena en Ucrania?

¿Quiso Putin agitar ese recuerdo de la Guerra Fría y la Gran Rusia durante la invasión de Ucrania? ¿Fue, por tanto, la derrota afgana un revulsivo para sus intereses? Lo cierto es que hay una serie de apuntes a tener en cuenta y que vamos a desarrollar:

1 Falta de cohesión en la OTAN

A pesar de que los primeros tambores de guerra en Ucrania sí han servido para fortalecer a la OTAN, lo cierto es que la derrota vivida en Afganistán simplemente había servido para demostrar que la Alianza Atlántica se encontraba en una seria crisis.

El presidente francés, Emmanuel Macron, fue uno de los más claros a la hora de ilustrar esta situación cuando llegó a afirmar que la OTAN se encontraba en "muerte cerebral". La caída de Afganistán no era un evento exclusivo, sino que la tendencia aislacionista de Donald Trump, que había realizado varios desplantes a la Alianza Atlántica durante su mandato, habían dañado seriamente su funcionamiento. Cabe recordar las simpatías y cercanías de Trump con el presidente ruso.

Todo ello se suma a la falta de una cohesión militar en Europa, que depende excesivamente de Estados Unidos en materia de seguridad. El desinterés en la agenda internacional mostrado tras Afganistán por parte de Estados Unidos puede haber sido un aliciente para Putin, siempre deseoso de incluir a Ucrania bajo su órbita.

2 Búsqueda de una victoria militar

Una victoria en Ucrania frente al espejo de la derrota Occidental en Afganistán es una imagen que conviene a Putin
Una victoria en Ucrania frente al espejo de la derrota Occidental en Afganistán es una imagen que conviene a Putin Cordonpress

Con la OTAN recién salida de su particular Vietnam, Putin se podría haber visto tentado a la hora de exhibir una particular victoria militar en Ucrania, una estrategia para exhibir músculo a nivel internacional frente a Occidente.

El presidente ruso juega la baza del ultranacionalismo, en el que Rusia debe volver a la posición que ocupó antaño, en la que ocupaba el liderazgo de uno de los dos bloques (repartirse el mundo con Estados Unidos). Y considera que Ucrania, con quien comparte lazos étnicos, no debe actuar por su cuenta, mucho menos formar parte de un eje ajeno a sus intereses.

Lo sucedido en Afganistán, quizás, pudo haber llevado a Rusia a considerar el momento como perfecto para recuperar cierta primacía internacional y un papel clave a la hora de imponerse en cualquier negociación o acuerdo, así como en un repliegue de la OTAN si es que tenía planeado continuar con su expansión hacia el este.

Bien es cierto que, por el momento, Rusia ha acaparado protagonismo, pero para convertirse en un paria internacional, excluido del sistema bancario y con múltiples sanciones. Habrá que esperar para comprobar cómo afectan a su economía y qué coste tienen para el país.

3 Debilidad de Occidente y del orden liberal

Lo sucedido en Afganistán también ha implicado una debilidad nuevamente de Occidente, que pierde en su órbita a otro país y comprueba, además, cómo Rusia y China se erigen como líderes de un polo que se gana naciones en países como África, América (el último, Nicaragua) o Asia, a través de todo tipo de políticas (lazos comerciales, construcción de infraestructuras, materia de seguridad...).

Rusia y China han sabido incluir al nuevo régimen de Kabul en su órbita a través de una estrategia distinta a Occidente: en vez de imponer un orden liberal, se acepta un orden más heterogéneo, adaptado a cada país, pero siempre centrado en el mantenimiento de relaciones políticas y comerciales.

Afganistán ha supuesto la imagen del repliegue de Occidente, también en este nivel, y Putin, quizás, ha visto esta señal como un respaldo para sus intereses. Ucrania, por el momento, no muestra interés en adherirse a las perspectivas de Moscú, sobre todo porque la mayoría de su población es partidaria de integrarse en la Unión Europea y, para desgracia del Kremlin, su Constitución votada recoge el deseo de integrarse en la OTAN. Las diferencias, en este caso, son palpables.

4 Recuperar poder territorial y el papel de China

Rusia llevaba tiempo perdiendo influencia a nivel internacional, con la incorporación de numerosos países del este de Europa a la UE y la OTAN como mayor ejemplo. Tan solo la colocación de dirigentes 'títere' como Lukashenko en Bielorrusia o Berdimuhamedow en Turkmenistán han permitido que mantenga ese apoyo alrededor de sus fronteras.

El acuerdo tácito con China le permite crear un polo más amplio que se escenificó en Afganistán, donde consiguieron llevarse al país hacia su órbita sin poner un solo tanque ni gastar un simple euro en inversión: todo fue simple diplomacia y comprender la situación.

Lo ocurrido en Ucrania también ha sido el ejemplo de este acuerdo entre ambos países, donde China, sin apoyo explícito, también ha permitido que Rusia no sea sancionada en la ONU y ha apoyado veladamente a su socio.

Rusia ha revivido en Afganistán el sueño soviético al recuperar un país en el que fue expulsado de manera humillante por parte de unos milicianos financiados por Occidente. Ahora, esos mismos milicianos han expulsado a los occidentales y se han aliado con ellos. La vuelta de la megalomanía de la URSS. ¿Habrá sido Afganistán el desencadenante de lo ocurrido en Ucrania? Hay muchos factores que apuntan a ello.

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