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Síndrome de Houdini o escapismo emocional: así puede afectar a tus relaciones

Se trata de uno de los comportamientos tóxicos más habituales en parejas y que más rupturas provoca.

Síndrome de Houdini o escapismo emocional: así puede afectar a tus relaciones

Aunque España continúa siendo uno de los países con mayor cantidad de parejas, el aumento de divorcios y separaciones ha sido un hecho preocupante desde el último semestre de 2023 con más de 24.000 casos. Una subida muy alta en comparación con años anteriores, según recoge el servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial en España.

Detrás de muchas de estas separaciones se encuentra uno de los síndromes en pareja que más afecta en nuestro país durante los últimos años: el síndrome de Houdini. Un comportamiento tóxico en pareja que normalmente termina con el tan temido ghosting y que podría explicar por qué hay personas que son capaces de desaparecer de una relación de la noche a la mañana.

¿Qué es el síndrome de Houdini y cuál es su origen?

Harry Houdini (1874-1926) fue un importante mago de principios del siglo XX que deslumbró por sus habilidades de escapismo, saliendo ileso de situaciones aparentemente imposibles y sin tener en cuenta sise trataban de candados, esposas, cuerdas o camisas de fuerza, incluso bajo el agua o suspendido bocabajo en lo alto de rascacielos.

Sin embargo, al hablar del síndrome de Houdini en las relaciones de pareja nos referimos a otro tipo de escapismo: un escapismo sentimental vinculado a la esfera psicológica y emocional, que guarda parecido co el mecanismo de evitación.

Las personas que presentan este tipo de síndromes se caracterizan por escapar frecuentemente de trabajos, responsabilidades e, incluso, de relaciones personales. Es más, tienden a involucrarse inmediatamente en actividades o relaciones, pero según va aumentando el compromiso crece la necesidad de escapar de él. Por último, llega un momento en el que acaban desapareciendo y se acaba generando el preocupante 'ghositng'.

¿Qué fases tiene el síndrome de Houdini?

Como cualquier otro mecanismo psicológico, el síndrome de Houdini sigue varias etapas, cada una con unas características distintas, desde una primera implicación completa hasta la repentina desaparición.

Implicación

Esta etapa se caracteriza por un gran auge sentimental. Durante esta fase se llevan a cabo estrategias de persuasión para obtener aquello que se desea de la otra persona. Al principio todo parece perfecto, sin límites aparentes en el amor o la amistad. Sin embargo desaparece tan rápido como llega.

Aparecen las dudas

Es tan poco sólida la base en la que se forman las relaciones entre personas que padecen este síndrome, que las dudas comienzan a aparecer rápidamente. Es aquí cuando la relación empieza a tambalearse.

Escapismo

La última y temida fase refleja la ruptura y la ausencia de explicaciones que realizan las personas que padecen este síndrome: de la noche a la mañana pueden desaparecer y no volver sin dar explicación alguna.

Los motivos de la aparición del síndrome de Houdini

El psicólogo y escritor Pablo Palmero, autor del concepto, cuenta en su libro 'Los pilares del corazón' las dos características principales de las personas que sufren este síndrome.

Por un lado, les resulta complicado mantener relaciones sanas y duraderas en el tiempo, ya sean amorosos o de amistad. Por otro, tienden a a rechazar cualquier tipo de relación sentimental, bien por inseguridades o bien por miedo a comprometerse.

A pesar de esto, son varias las razones que los expertos encuentran para analizar este tipo de comportamientos y están, en su mayoría, relacionadas con una mezcla de aspectos personales, sociales culturales.

¿Qué características son habituales en este tipo de personas?

Aunque no es algo exacto, las personas que presentan el síndrome de Houdini suelen compartir rasgos similares a los que te vamos a contar a continuación.

Escasa educación emocional

La falta de madurez emocional es un fenómeno que se manifiesta mediante patrones cíclicos de atracción, duda y huida en relaciones sentimentales y que suele tener su origen por una escasa educación emocional en las etapas de la infancia y la adolescencia.

Es muchas veces la sociedad existente, llena de estereotipos sobre las relaciones, la que fomenta a que establezcamos vínculos sin disponer de las herramientas idóneas para gestionarlos.

Experiencias traumáticas y miedos

Otro rasgo fundamental es el miedo, que suele venir de situaciones traumáticas en la infancia, como el abandono o el maltrato. Los psicólogos expertos aseguran que estos traumas quedan instalados en el subconsciente y condicionan la forma de relación e interacciones del sujeto con otros individuos.

Deshumanización de las redes sociales

El nacimiento de plataformas como Tinder o Facebook ha modificado nuestras relaciones sociales. A día de hoy, con pleno auge de estas aplicaciones y otras del estilo, las personas ya no consideran indispensables las relaciones físicas porque pueden tener un entorno virtual que consideren "seguro" y en el que encuentran refugio.

Dependencia a las emociones de las relaciones efímeras

La velocidad con la que cambiamos de vínculos ha generado que muchos de nosotros no seamos conscientes de haber caído en una especie de "adicción" a las emociones efímeras que se viven en los primeros momentos de conocer a una pareja o una amistad. Esto hace que queramos seguir viviéndolo constantemente, es decir, apostamos por un escenario en el que la superficialidad prevalece.

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