¿Qué tienen en común El Chicle, Bernardo Montoya o Ana Julia Quezada? Efectivamente, tres asesinos muy famosos en los últimos tiempso que se colaron en nuestras televisiones, prensa y en nuestras conversaciones el pasado año 2018.
El capitán y criminólogo José Manuel Quintana, uno de los los tres capitanes que forman la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo (SACD) de la Policía Judicial de la Guardia Civil, ha revelado sus perfiles y sus rasgos para que podamos identificar en un futuro a una asesino o asesina. Este experto, por cierto, analiza continuamente casos de este tipo, por lo que cuenta con una experiencia altamente contrastada, tal y como recuerda ABC.
Rasgos y perfiles
En una entrevista con el citado medio, Quintana elabora un perfil común entre los tres detenidos y consigue trazar una personalidad mediante la serie de rasgos que comparten entre ellos: "Son malos. Gente insensible a los demás, con cero empatía, que buscan satisfacer sus necesidades por encima de cualquier otra cosa. Pueden ser necesidades de dominación, de satisfacción sexual, la búsqueda de un beneficio económico o de su bienestar personal... depende de la prioridad de cada uno".
Los motivos para matar se suelen situar en tres o cuatro circunstancias, según la variabilidad. Existen los motivos emocionales, los sexuales, los de satisfacción personal...
Ana Julia, por ejemplo, es la que cuenta con un perfil más cercano a la psicopatía. Y lo sustena en los siguientes argumentos: es la más fría, la más calculadora y más fría que el resto.
Así cuenta Quintana cómo es, realmente, la asesina confesa del pequeño Gabriel: "El modus vivendi de Ana Julia era aprovecharse de la gente, especialmente de los hombres. Es su pauta de comportamiento. Cuando veía a un hombre, seleccionaba, se mostraba seductora y manipuladora, de forma burda pero le funcionaba. Ella tenía mucha vida en la carretera, de ahí que instrumentalizara todo lo que había a su alcance. Su problema fue que Gabriel no era tan manipulable porque era un niño y los niños carecen de esa maldad, de ser un bien queda como hacemos los adultos. No se callaba lo que pensaba de ella y eso la desquiciaba".
Dicen que Ana Julia, cuando salió de su casa aquella tarde, tenía calculado absolutamente todo y sabía cómo lo iba a hacer. Según pasaba el tiempo y no aparecía el niño, Ana Julia empezó a preocuparse menos por él y por su padre. Y, por el contrario, presentaba una alta atención por sí misma. Preguntaba por qué no declaraba y quería saber qué se pensaba de ella: "Ana Julia es un Hannibal Lecter. Te mata, te quita los ojos y se los come». Su cara, cuando la detuvieron, era como la tiranta de un puente".
Llegados a este punto, cabe destacar que Ana Julia, el Chicle y Bernardo Montoya comparten unos rasgos, de diferente manera, pero relacionados con el crimen: les preocupa su imagen y por eso no admiten nunca lo que han hecho. El Chicle argumenta que nunca violó a Diana, Ana Julia sostiene que Gabriel la atacó primero con un hacha, Montoya no violó a Laura y la dejó viva. Cambian esas versiones para sentirse contentos con ellos mismos.
