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MrGranbomba, el ex youtuber condenado a pagar 20.000 euros por llamar 'caranchoa' a un repartidor

La sentencia además incluye una multa de 30 euros para el repartidor por un delito leve de lesiones.

MrGranbomba, el ex youtuber condenado a pagar 20.000 euros por llamar 'caranchoa' a un repartidor

Sergio Soler, el ex youtuber que vendió su canal de YouTube en 2017, ha sido condenado con una multa por insultar a un repartido llamándole caranchoa en uno de sus videos. La condena consiste en el pago de 20.000 euros, que Soler ya ha abonado. Para concretar la cuantía se ha tenido en cuenta el beneficio que obtuvo MrGranbomba al vender su canal de YouTube, el cual contaba con más de medio millón de seguidores y que vendió a la empresa Play Hawkers por 15.000 euros.

La historia comienza en el año 2016, cuando se viralizó un vídeo de MrGrambomba, youtuber que se dedicaba desde 2013 a grabar bromas de cámara oculta en la calle, en el que llamaba caranchoa a un repartidor. Lo que empezó como un vídeo humorístico terminó de una forma inesperada para el ex youtuber, quien recibió una bofetada como repuesta por parte del repartidor.

La sentencia final

Siete años después de lo sucedido, Soler tendrá que pagar una multa de 20.000 euros. Esto confirma la anterior sentencia, que declaraba que MrGranbomba hizo una intromisión ilegítima en el honor y en la imagen del repartidor a través de esos vídeos. Además de esto, el documento recoge que el acusado se lucró de la imagen del repartidor, al que insultó llamándole caranchoa.

Aunque el escrito señala que la actividad del youtuber podría encuadrarse dentro de la "libertad de expresión y creación artística", en este caso no sería así, ya que el vídeo recoge "la imagen individualizada y destacada de una persona para convertirla en protagonista involuntaria de una obra de arte y proceder a su divulgación a través de un canal de internet como YouTube que está caracterizado por su extraordinaria audiencia y su accesibilidad a nivel mundial".

Además de esto, el repartidor alegó que en ningún momento prestó su consentimiento para grabar y difundir el vídeo, aspecto importante, aunque el autor pixeló la cara del perjudicado. Por su parte, el repartidor tendrá que pagar una multa de 30 euros por un delito leve, tras la bofetada que propinó al ex youtuber.

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