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Procrastinar el sueño: el nocivo ciclo que deriva de retrasar el momento de irte a dormir

He pasado todo el día exhausto/a y no he podido disfrutarlo. Me he estado quedando despierto/a hasta tarde. Al día siguiente igual. El ciclo sin fin.

Procrastinar el sueño: el nocivo ciclo que deriva de retrasar el momento de irte a dormir

En este artículo, no nos detendremos a detallar una vez más las consecuencias de descuidar el sueño de forma continua. Estas ya las conoces. No es agradable. Sin embargo, lo que sí abordaremos, con la guía de la psicóloga clínica Mónica Vermani, es una estrategia para romper con una de las principales causas de este problema: la procrastinación del sueño por despecho.

Este fenómeno ocurre cuando pospones irte a la cama debido al profundo sentimiento de haber pasado el día estresado/a y de no haber podido disfrutarlo ni un poco. Puede que sientas que te mereces ese pequeño placer, pero en realidad, lo único que logras es sabotear tu día siguiente y quedar atrapado/a en un ciclo de agotamiento y resentimiento. Es hora de liberarte de esta situación.

La dinámica a seguir

Para empezar, es crucial entender la dinámica: al tomar represalias contra un día agotador, te estás atrapando en un ciclo de más días similares y, por ende, más deseos de venganza. La única manera de romper este ciclo es resistir la tentación de vengarte al menos una noche. Esto requiere determinación y un compromiso con tu bienestar.

Algunas personas son capaces de pensar más fácilmente en su futuro yo, mientras que otras suelen priorizar la satisfacción del momento presente, negándose la felicidad a largo plazo. Opta por ser de los primeros. Interioriza la importancia de un buen descanso de una vez por todas y, como destaca la propia Vermani, pon tu sueño como prioridad. Pero hazlo de forma genuina.

A continuación, trata de limitar la cantidad de tareas que realizas a lo largo del día. Entiendo que no puedes evitar las ocho horas de trabajo en la oficina, las entregas universitarias o el tiempo dedicado al gimnasio. Sin embargo, puedes evitar convertir tu día en una maratón de productividad. De esta manera, podrás encontrar momentos de disfrute a lo largo del día, reducir el estrés, tener espacio para reflexionar y disminuir la sensación de que el día ha sido un completo desgaste.

De este modo, será más fácil para ti dar por concluido el día por la noche y sentir menos deseos de venganza. Además, procura programar un momento para apagar las luces y alejarte de las pantallas. Estas últimas suelen ser una herramienta tentadora para buscar venganza, así que es mejor mantenerlas lejos y resistir la tentación.

En su lugar, recomienda esta especialista, practica un ratito antes de la hora en la que te gustaría dormirte alguna rutina de relajación. Algo de música. Un baño calentito. Una meditación. En definitiva, "una manera de calmar tu mente". Poco a poco, tu cerebro irá asociando esta rutina con el descanso y le resultará más fácil entrar en pausa después de practicarla. ¿No funciona al principio? No te vengues de la vida. No te rindas y caigas en el recurso fácil. Persevera. Date un paseito de diez minutos o dibuja algo. El camino de la venganza trae satisfacción rápida y tragedia futura. El camino del (auto)amor trae sacrificio inmediato y alegría futura. La elección descansa en tus manos.

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