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Hang Mioku, la historia del "Monstruo de las cirugías"

Es una exmodelo coreana que se obsesionó con tener el rostro perfecto y los médicos se negaron a tratarla porque se volvió adicta a la cirugía.

Redacción

23 Febrero 2019 12:20

En Los Replicantes os hemos contado varios casos de personas que son adictas a la cirugía estética ya que quieren parecerse a David Beckham y las Kardashians y como consecuencia se han desfigurado la cara y vaciado el bolsillo. Sin embargo, a pesar de las advertencias, los casos no paran de suceder. 

El más conocido es el de la ex modelo coreana Hang Mioku, ahora bautizada como 'El monstruo de las cirugías', después de que con 28 años se sometiese a una primera cirugía estética y le siguiesen 20 más. Lo hizo en Japón y los médicos le aseguraron que podría tener un trastorno psicológico y por eso se negaron a seguir tratándola, motivo por el que volvió a su país natal. El cambio era tal, que sus padres no la reconocieron y se dieron cuenta de que su hija tenía un problema, así que no dudaron en llevarla a un médico. La recuperación le duró poco...

Silicona y aceite de cocina en el rostro

El antes y el después de Hang Mioku
"El antes y el después de Hang Mioku"

Y es que al ver que los profesionales no la querían atender, ella misma se aplicó aceite de cocina y silicona en la cara. La silicona se la proporcionó un médico y ella misma se la inyectó y cuando vio que no le quedaba más de esta sustancia echó mano de aceite, desformándose la cara y dejándosela como véis en las imágenes. 

La situación era tal que la televisión coreana se interesó por su caso y desde un programa pidieron donaciones para ayudar a Hang Mioku a reconstruirse el rostro. Una vez conseguido el dinero, los médicos tuvieron que operarla más de 10 veces en las que los profesionales le retiraron 60 gramos de silicona, aceite y otras sustancias de su rostro y 200 gramos del cuello. Finalmente, lograron reducirle el rostro, pero le quedó lleno de cicatrices. Ahora Hang Mioku tiene 48 años, sigue teniendo a cara desfigurada y queriendo tener su verdadero rostro.

Pero existen casos peores como el de un hombre colombiano, llamado Víctor Alfonso Rosil, que en 2007 murió tras haberse inyectado durante varios meses "aceite de cocina en los glúteos y silicona en los senos", según informó el periódico El Siglo de Torreón. Y es que esta práctica le provocó una infección en todo el organismo que le ocasionó la muerte.

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