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Un estudio vincula el consumo de este conocido medicamento con cáncer de páncreas

Redacción

20 Agosto 2023 13:05

El consumo de benzodiacepinas se encuentra en máximos en España, hasta el punto de que nuestro país ocupa la primera posición en el consumo de ansiolíticos por tercer año consecutivo, según el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

Entre las benzodiacepinas más consumidas, se encuentra el lorazepam. A pesar de que se receta en España con gran frecuencia, especialmente en el tratamiento de trastornos leves emocionales, cuadros de estrés, ansiedad o insomnio; lo cierto es que puede derivar en efectos secundarios.

Un nuevo estudio ha advertido que los pacientes con cáncer de páncreas que tomaron lorazepam (bajo el nombre comercial de Ativan), que se trata en la ansiedad durante el cáncer, tuvieron una supervivencia libre de progresión más corta que los pacientes que no lo tomaron. El riego aumentaba otros tipos de cáncer, como próstata, ovario, mama o colon.

Lorazepam

El lorazepam, también vendido con el nombre comercial de Orfidal, tiene propiedades ansiolíticas, amnésicas y sedantes. Suprimen generalmente la actividad del sistema nervioso central, que alivia los síntomas de ansiedad, insomnio y convulsiones.

"Cuando estudiamos la respuesta a la terapia, pensamos en tratamientos como la quimioterapia o la inmunoterapia, pero los pacientes también reciben muchos medicamentos para la ansiedad y el dolor", explica el doctor Michael Feigin, autor principal del estudio y profesor asociado de farmacología en el Roswell Park Comprehensive Cancer Center (Nueva York, Estados Unidos).

Los autores querían comprender qué sucedía: el 30,9% de los pacientes tratados en Roswell Park por cáncer de próstata, páncreas, ovario, riñón, cabeza y cuello, endometrio, colon, mama, cerebro o melanoma habían recibido benzodiacepinas, una cifra que aumentaba hasta el 40,6% en el caso del tumor de páncreas.

Los autores explican que el lorazepam puede activar una proteína llamada GPR68, muy expresada en los fibroblastos que sostienen el tumor. La GPR68 potencia la expresión de la citocina IL-6, que promueve la inflamación en el microentorno del tumor pancreático, lo que conduce a un mayor crecimiento tumoral.

Sin embargo, sólo una clase de benzodiacepinas, denominadas benzodiacepinas n-sustituidas (entre las que se incluyen el lorazepam, el clonazepam, el nordiazepam y el oxazepam), podía activar el GPR68. Las benzodiacepinas N-sustituidas (incluyendo alprazolam, diazepam y temazepam) no tuvieron ningún efecto sobre la activación de GPR68.

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