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Doce años de prisión para un abuelo que abusó durante ocho años de su nieta

La madre de la niña había vivido "situaciones similares" con su padre cuando era pequeña.

La Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a doce años de cárcel al abuelo que abusó de su nieta de forma continuada durante ocho años. La Sección Tercera de dicho tribunal le considera "responsable criminal, en concepto de autor, de un delito de abuso sexual continuado al valerse de una relación de parentesco con la víctima". 

Gracias a Europa Press se ha dado a conocer el fallo de la sentencia, mediante la cual también se condena al acusado de 70 años, a "inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena". Por otro lado, se le prohíbe acercarse a la menor, que ya tiene 16 años, a menos de 500 metros durante trece años o a comunicarse con ella. Además se le sanciona con una multa de 20.000 euros que deberá pagar por los los intereses "previstos en el artículo 576 de la Ley de Enjuiciamento Civil hasta su completo pago, así como el pago de las costas procesales, incluídas en la Acusación Particular".

Ciudad de la Justicia de Córdoba
"Ciudad de la Justicia de Córdoba"

Los abusos sexuales que realizaba el acusado comenzaron cuando su nieta tenía cinco años y vivían en otra provincia andaluza. La sentencia de la Audiencia de Córdoba ha probado los hechos que recogió la Fiscalía cuando la menor acudió a relatar lo sucedido. Esta contó que tanto su hermano como ella se quedaban en casa de sus abuelos, ya que su madre y su pareja (no es el padre de los menores), trabajaban de lunes a sábado "por la mañana y gran parte de la noche". Por tanto era en el domicilio del ya condenado en donde se produjeron los abusos. 

La menor dormía con su abuelo en una habitación mientras que su hermano dormía con su abuela en otra. El hombre aprovechaba que se encontraban solos en el cuarto y que todos dormían para "relizar distintos tocamientos a la menor".  Tanto el fiscal como la sentencia han probado que esta situación se repitió "prácticamente cada noche hasta que la menor cumplió los ocho años". Fue en ese momento cuando ambos menores se trasladaron a otra casa en Córdoba junto con su madre y la pareja de esta. 

La madre descubrió por lo que estaba pasando su hija 

Sin embargo, la situación se volvió a repetir. El abuelo y su mujer no podían pagar el piso en el que vivían y su hija les alquiló una casa cerca de donde se habían trasladado con anterioridad. Los abuelos volvieron a quedarse a cargo de sus nietos por las noches pero esta vez en casa de su hija. Abusó de la pequeña hasta junio de 2011.

Una noche el abuelo entró a la habitación de la menor y está comenzó a llorar. A pesar de que la niña le dijo que la dejase en paz, el acusado "hizo caso omiso hasta que oyó un ruido". Acto seguido se marchó de la habitación. Pero la madre de la víctima llegó antes de lo previsto, escuchó los sollozos de su hija y acudió "aterrada y enfurecida" al cuarto de su padre que se hacía el dormido. Y es que ella misma cuando era pequeña sufrió abusos por parte de su progenitor. Esa misma madrugada echaron al acusado de la casa y según la sentencia "horas depués la pareja de la madre le llevó al Aeropuerto de Granada".

Cuando la menor acudió a declarar confesó que no le contó nunca nada a su madre porque temía que su abuelo "le agrediese". En 2013, ya con 15 años, la chica acudió junto con su madre a un centro de salud de su localidad y pidió ayuda psicológica. Fue cuando se atrevió a contar todo lo que su abuelo le hizo. 

A su vez, una trabajadora social del centro puso en conocimiento los hechos relatados por la menor al Servicio de Prevención y Apoyo a la Familia de la Delegación Territorial de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social la Junta en Córdoba. Tras esto la madre interpuso una denuncia a su padre a pesar de que su hija le insistía en que no lo hiciese. 

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