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Dindim, el pingüino que viaja cada año 6.000 km para reencontrarse con su salvador

Una vez más, los animales nos recuerdan que la gratitud, el amor o la amistad también son elementos innatos que se encuentran en la naturaleza.

Unos 6.000 kilómetros separan el Cabo de Hornos en Chile de una de las playas de Río de Janeiro donde ha sucedido esta entrañable historia.

El recorrido del pingüino de Magallanes
"El recorrido del pingüino de Magallanes"

El pingüino de Magallanes viaja hacia esta zona geográfica durante temporadas para descansar, alimentarse y aparearse.

Él es Joao Pereira, un pescador jubilado de 71 años y uno de los protagonistas.

Joao Pereira rescató a Dindim de una muerte segura

En 2011, Joao se encontraba practicando su afición, la pesca, cuando la marea arrastró hasta la orilla a un moribundo pingüino casi incapaz de respirar. Su cuerpo estaba empapado de petróleo. Rescató al pingüino, lo alimentó y lo cuidó hasta que pudo recuperarse en su totalidad. Le bautizó como Dindim.

Y este es el simpático Dindim, el pingüino de Magallanes al que la vida le dio una segunda oportunidad.

Dindim apareció en la playa medio muerto pero Joao le rescató

Cuando Dindim estuvo listo para volver con su familia, Joao le acercó hasta el mar y se despidió de él. Nunca pensó que volvería a verle, de hecho, nadie lo creía. Joao siguió pescando día tras día en la misma playa.

Así es la playa donde Dindim apareció por primera vez. Un año después, ¡el pingüino estaba de vuelta!

Dindim, el pingüino que lleva 5 años viajando 6.000 kilómetros para reencontrarse con su salvador

Joao vio que algo se acercaba entre las aguas del Atlántico Sur a toda velocidad. No podía creerlo. Era junio y Dindim había vuelto para agradecer al pescador todo lo que había hecho por él. El hombre volvió a acogerlo y el pingüino se quedó con él hasta febrero.

Joao adoptó Dindim y lo crió como a un hijo. Desde entonces, el pingüino desaparece durante cuatro meses pero siempre vuelve para pasar juntos el resto del año.

Dindim volvió en junio del año siguiente y se reencontró con Joao

De hecho, Dindim solo permite que el pescador sea quien le toque, le cuide, le lave y le alimente. Cuando se porta muy bien, se gana alguna que otra sardina."Le quiero como si fuera hijo mío y pienso que Dindim también me quiere", asegura Joao en un reportaje de Globo TV.

Dindim se relaciona con Joao como si fuera alguien más de su familia, incluso como si fuera otro pingüino. 

Joao y Dindim son mejores amigos ahora

Esta inspiradora historia de amor y gratitud nos reconcilia con la naturaleza y nos da una valiosa lección sobre la amistad, los animales y los sentimientos que ojalá perdure durante muchos más años.

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