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Devotos: sexo con personas en silla de ruedas o con amputados

Las dos Guerras Mundiales normalizaron el sexo en las personas con amputaciones o cicatrices.

En el pensamiento colectivo tenemos arraigada la idea de que las personas con diversidad funcional no practican sexo o que tampoco les atraen a nadie. Sin embargo, este mito es falso ya que hay quienes tienen como fetiche sexual hacia mujeres y hacia hombres que están en silla de ruedas. 

Esta fantasía tiene un nombre: abasiofilia y a quienes lo practican se les conoce como los devotos. Lo que a estos les estimula no sólo son las sillas de ruedas sino también las férulas para la espalda y cervicales o las ortesis para los brazos. Es decir, todas las herramientas que lleven consigo las personas con movilidad reducida. 

Además, los devotos también suelen practicar la acrotomofilia, que consiste en sentir deseo sexual por alguien que tiene algún miembro amputado, es decir, el deseo sexual se da porque la persona tiene muñones. Mientras que si la persona siente deseo sexual por las cicatrices del otro esta persona tendría estigmatofilia. 

El porqué de las paraflias

Para muchos, las personas en silla de ruedas son un fetiche sexual
"Para muchos, las personas en silla de ruedas son un fetiche sexual"

El origen de estas parafilias tiene que ver con las dos Guerras Mundiales, y es que fueron tantas las personas que sufrieron amputaciones que se normalizó la sexualidad en las personas que tuviesen alguna herida de guerra. Pero sobre todo se consideró como un fetiche.  

Ahora existen foros en donde las personas con estigmatofilia, abasofilia o acrotomofilia exponen sus experiencias y deseos sexuales con personas con diversidad funcional. "Cuando descubrí hace algunos años que no era era la única persona que tenía fantasías tan raras, un mundo nuevo se abrió ante mí", escribía un uauario en una web.  Esta persona tiene abasiofilia y se trata de otra preferencia o deseo sexual más. Y es que para estas personas un bastón o una silla de ruedas pueden llegar a ser objetos de sus fantasías. 

Por tanto, la silla o el bastón son en realidad la cosa que les atrae de las personas con diversidad funcional y no ellos en sí. Estos instrumentos los utilizarían como juguete sexual. En muchos casos la silla de ruedas de la pareja no es sólo la que genera morbo, sino la suya propia.

Aunque para algunos se trate de un fetiche más, para otras personas se trata de razones más controvertidas como que a los devotos les atrae el asistencialismo y les excita el daño e incluso el sometimiento. Lo que está claro es que las personas con diversidad funcional también tienen derecho a disfrutar una vida sexual plena si así lo desean. 

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