437 transmisiones de VIH. Ese es el balance que ha dejado la ausencia de ética del pediatra Muzaffar Ghangro, en un caso que ha conmocionado a la sociedad pakistaní y que podría sumar más casos en las próximas semanas, a la espera de conocer los resultados definitivos de los análisis.
El pánico, mientras tanto, crece entre los padres de la ciudad de Larkana, que están comprobando cómo los pequeños de la zona acumulan positivos en VIH, mientras que el resto debe esperar hasta seis meses para que descartar que el virus se haya podido instalar de manera definitiva en el organismo.
"Maldigo al responsable de la infección de todos estos niños", ha asegurado Nisar Ahmed, el padre de una menor infectada, en declaraciones a la agencia AFP. "Toda la familia está completamente conmocionada", ha asegurado el Imam Zadi, que ha acudido a hacerse pruebas tanto a él como a sus cinco hijos después de conocer que su nieto ha dado positivo.
Mientras tanto, el pediatra Muzaffar Ghangro continua detenido y hay constancia de que podría haber reutilizado el material con el objetivo de ahorrar costes a la hora de intervenir a sus pacientes, tal y como relata la cadena de televisión pakistaní Samaa TV.
El pánico por el contagio de los menores, 400 por el momento, se ha extendido también hacia los adultos, que temen que este tipo de prácticas pudieran extenderse a los quehaceres diarios del resto de profesionales de la zona.
No hay que olvidar que la mayor parte de la población pakistaní no conoce suficientemente qué supone el VIH y, sobre todo, no tiene acceso a los tratamientos con los que poder cronificar la enfermedad. Con unos 20.000 nuevos casos seropositivos en 2017, Paistán se ha convertido en el segundo país asiático en el que la enfermedad se extiende con mayor rapidez.
Un país con 600.000 falsos médicos en el que el VIH se extiende con una visita al médico
La crisis deja patente la falta de profesionalización que enfrenta el sector sanitario en Pakistán, donde las malas condiciones de vida se suman a una plantilla de 'médicos' de 600.000 personas que ejerce a diario sin ningún tipo de titulación ni conocimientos suficientes.
Pero hay más. La población enfrenta un claro problema de desprotección, ante la falta de conocimientos básicos y la falta de acceso a servicios e infraestructuras médicas de calidad. Todo ello abonan el terreno para que personas con muy pocos escrúpulos se dediquen a cultivar todo tipo de prácticas poco ortodoxas.
Este tipo de contagios con VIH no son una excepción: "Para ahorrar dinero, pinchan a varios pacientes con una misma jeringa. Podría ser la principal causa de la multiplicación de casos", asegura Sikandar Memon, líder del programa antisida de la provincia ahora afectada.
Ese es uno de los problemas y causas que generan la gran expansión del virus durante los últimos años: "La reutilización de las jeringuillas, las transfusiones sanguíneas de alto riesgo y otras prácticas médicas arriesgadas están disparando el número de contagios de VIH durante los últimos años", ha asegurado Bushra Jamil, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad Aga Khan de Karachi.
Mientras tanto, las familias afectadas por el doctor Ghangro temen que las dificultades de acceso a fármacos puedan llegar a poner en peligro la vida de los menores. "No sabemos qué hacer. Tengo más hijos y tengo miedo de que pillen la enfermedad. Envíennos medicamentos para nuestros hijos, para que puedan curarse. Si no, todos nuestros hijos morirán ¿verdad?", reflexiona una de las madres.
