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Se casa con un millonario 25 años mayor que ella y cuando muere descubre que la ha desheredado

Sandrine Devillard se casó con Marcel Amphoux poco después de conocerle. El hombre era un millonario descuidado que la desheredó antes de morir.

Se casa con un millonario 25 años mayor que ella y cuando muere descubre que la ha desheredado

Sandrine Devillard es una parisina protagonista en los medios franceses durante estos días debido a que su marido acaba de fallecer. Marcel Amphoux, el hombre con el que estaba casada, era 25 años mayor que ella y poseía una fortuna que se estima en más de un millón de euros. Al hombre se le conocía por su carácter ermitaño, ya que vivía aislado por decisión propia.

La francesa conoció a Marcel siendo agente inmobiliaria con la intención de comprar las propiedades que Marcel tenía en los Alpes suizos, valoradas en cientos de miles de euros. En aquel momento, Amphoux rechazó la operación. Sin embargo, poco después volvió a aparecer aquella agente, pero esta vez lo hizo como su pareja.

Sandrine junto a Marcel
"Sandrine junto a Marcel"

Desde entonces, la relación fue duramente criticada por vecinos y conocidos, que juzgaron que Sandrine se había casado con Marcel sin que hubiera pasado un año por intereses económicos. Marcel tenía mucha fortuna, pero tenía un aspecto gravemente descuidado: le faltaban varios dientes y no era muy aseado; además, vivía sin luz ni electricidad. Sandrine se casó con Marcel, pero siguió viviendo en París mientras su marido residía en Puy-Saint-Pierre. 

Las críticas no cesaban y Devillard decidió que sería una buena idea elaborar un vídeo musical expresando lo que sentía por su marido, aunque tampoco le trajo buenos resultados.

Sandrine, desheredada tras la muerte de Marcel

Un año después de contraer matrimonio, Marcel falleció a causa de un accidente de tráfico. El día de su funeral acudió todo el pueblo a despedirse y declararon que su ahora viuda, Sandrine, empezó a decir a todos que las propiedades de su marido ahora eran suyas y debían abandonar todo lo que le perteneciese.

Sin embargo, le salió mal la jugada: Marcel había dejado un testamento en el que expresaba que toda su fortuna sería para su prima, y distribuyó varias propiedades (valoradas en miles de euros) entre algunos de sus vecinos. Además, quiso especificar que Sandrine no debía recibir nada.

La mujer intentó disputar aquel documento en los tribunales, hasta que un tribunal francés lo consideró legítimo y "genuino". Según The Telegraph,Marcel la había desheredado justo antes de morir.

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