Francisco J. Ayala, uno de los científicos españoles más destacados del siglo XX, falleció en California (Estados Unidos) a solo una semana de cumplir los 89 años. Era un experto multifacético en genética, filosofía y biología evolutiva. Nació en Madrid, pero desarrolló su carrera profesional en Estados Unidos.'.
Llegó a EE.UU. como un estudiante más, sin hablar apenas inglés y después de abandonar su vida como cura. Inicialmente no tenía la intención de quedarse, pero allí se convirtió en uno de los biólogos evolutivos más influyentes de su generación.
En el ámbito académico estadounidense, el científico español era considerado un héroe. Demostró y convenció de que era compatible la creencia en Dios y las teorías evolutivas darwinistas. Como solía decir, la única creencia religiosa coherente con nuestro conocimiento del mundo es aquella que reconoce la Teoría de la Evolución como pieza central de nuestra comprensión de la vida.
Vida como empresario
Además de su destacada trayectoria como científico, Ayala también demostró tener un buen ojo para los negocios. Al establecerse en California, se convirtió en un exitoso empresario gracias a la adquisición de viñedos con sus propios ahorros. En 2011, decidió donar gran parte de sus ganancias a la Universidad de California en Irvine, institución que lo ayudó a crecer profesionalmente y a la que estaba profundamente agradecido por la oportunidad de enseñar e investigar.
Tocamientos y comentarios sexuales
A pesar de su generosa donación de diez millones de dólares, la Universidad retiró todos sus honores y cargos siete años después, a raíz de las denuncias de tres mujeres que aseguraron haber sido víctimas de tocamientos y comentarios sexuales por parte de Ayala. El científico siempre mantuvo su inocencia y se declaró una víctima más del movimiento #MeToo.
En una entrevista con ABC, Ayala afirmó que saludar con un beso en las mejillas o hacer cumplidos sobre la belleza de una mujer no constituye acoso sexual, y que las acusaciones en su contra fueron malinterpretadas.
