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Así viven los Aghoris, la secta que bebe en cráneos humanos, fuma marihuana y no usa ropa

Los Aghori desafían cualquier tipo de moralidad o tabú social.

La vida de los Aghoris, una secta caníbal de la India, podría parecer el guión de una macabra película de terror. Pero nada más lejos de la realidad: sus acólitos existen y mantienen una rutina que pone los pelos de punta: beben en cráneos humanos que usan como cuencos, se alimentan en ocasiones de carne humana o sus heces y tienen sexo entre cadáveres. Y fuman marihuana todo el día.

Según explica James Mallison, experto de la Escuela de Estudios Orientales en declaraciones a la BBC, el grupo se dedica a "asumir todo aquello que constituye un tabú y transgredirlo. Rechazan cualquier noción normal de bueno y malo". Algunos documentales, con serias dificultades, han conseguido documentar algunos de los aspectos de sus vidas.

La intención de sus acólitos es, según Mallison, romper las normas: "Su camino hacia el progreso espiritual involucra prácticas locas y peligrosas, como comer carne humana e incluso sus propias heches. Pero creen que al hacer estas cosas, que otros evitan, alcanzan un mayor estado de conciencia".

El nombre 'Aghori' es relativamente moderno: comenzó a tomar fuerza durante el siglo XVIII. Paradójicamente, la palabra significa en sánscrito "no aterrador" y son herederos de los Kapalikas, una tribu con unas tradiciones del mismo estilo que ya no existe.

Las personas que se viven en estas congregaciones suelen esconderse en lugares aislado, han perdido el contracto con sus familias y suelen ser extremadamente peligrosos. La organización, lejos de los pequeños grupos separados entre sí, suele ser especialmente precaria.

Al margen de la sociedad

Como hemos comentado, los fieles viven en grupos aislados, pero muchos proceden de la vida en sociedad, sobre todo de las castas más bajas y que se unen para escapar de su situación.

En cuanto al uso de ropa, suele estar permtido para los hombres, aunque las mujeres están excluidas. En algunos grupos, como los de la zona del norte del país, tienen incluso vetada la entrada para ellas.

Sus acólitos suelen vivir al margen de la sociedad
"Sus acólitos suelen vivir al margen de la sociedad"

Su Dios es Shiva, que representa la destrucción. Por ello, muchos de ellos viven en lugares simbólicos que pueden llegar a representrar esta máxima o, en algunos casos, se limitan a frecuentarlas. Es lo que sucede, por ejemplo, en el cementerio de Bengala.

La moral sexual mantiene ciertas máximas completamente sorprendentes, como censurar cualquier relación homosexual y permitir el sexo con cadávares. Muchos de ellos terminan así cuando mueren, si no son comidos por otros compañeros.

Sólo se salvan algunos: los más respetados. Para ellos, el grupo reserva un entierro digno y guardan respeto tras su fallecimiento. Es otra de las características de uno de los grupos más desconocidos del planeta.

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