VOX enfrenta actualmente una crisis en las Islas Baleares, que ha derivado en la fragmentación de su grupo, precisamente en una comunidad autónoma en la que la formación es determinante para sostener al Gobierno de Marga Prohens (PP) en el Parlament balear.
Los diputados autonómicos de la formación se han rebelado contra la dirección nacional y han expulsado del grupo a la presidenta, Patricia de las Heras y al presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, obligado a dejar este cargo, en una decisión que ha roto a la formación.
La portavoz del grupo, Idoia Ribas, ha enviado dos cartas a la dirección del partido, en las que incluye los motivos que han desencadenado la crisis y piden el cese inmediato del Comité Ejecutivo Provincial (CEP) de Baleares para nombrar un nuevo equipo.
La decisión de los diputados ha provocado un terremoto en la formación a nivel nacional. El vicepresidente y secretario general del partido, Ignacio Garriga, ha anunciado que solicitará al Comité de Garantías la expulsión inmediata de sus cinco diputados críticos con la formación.
La crisis de VOX en Baleares
Desde la firma del acuerdo parlamentario con el PP, VOX ha encadenado múltiples crisis en el archipiélago, que sitúan su inicio en la tramitación de los presupuestos en 2024, en los que la formación ultra tenía capacidad de introducir todas sus enmiendas como partido determinante en el Parlament.
Ya en octubre se produjo la baja del diputado menorquín Xisco Cardona, que pasó al grupo no adscrito tras el bloqueo de los presupuestos de VOX a sus socios del PP en contra del criterio fijado por la dirección nacional del partido.
En el marco de dicha reunión y para conocer todas las enmiendas del grupo, según el documento remitido al secretario general, se organizaron tres reuniones grupales en un chat de WhatsApp titulado 'grupo de coordinación para presupuestos', sin embargo, cuando habían confirmado la asistencia 23 personas, incluyendo a la presidenta autonómica, se desconvocaron por "no ajustarse a los cauces estatutarios".
La portavoz mostró su disconformidad al considerar que el movimiento no permitía conocer con detalle las demandas de todos los responsables, "teniendo en cuenta la posibilidad de prórroga de los actuales presupuestos para ejercicios posteriores" y consideraban que "se había perdido una oportunidad de que VOX se imponga".
Idoia Ribas criticó entonces que esta situación vulneraba los estatutos de la formación y por ello, pedía permitir el conocimiento de todas las decisiones al grupo de diputados y, además, la modificación de "reglamentos o normas que impidan que los miembros de un grupo parlamentario puedan contactar o reunirse con cualquier miembro de la estructura organizativa de VOX".
La crisis, sin embargo, no se ha solucionado, sino que ha ido aumentando con el paso de las semanas. En una nueva carta, Ribas denunciaba que "continuaban los agravios" y que "este grupo ha llegado a un acuerdo para la implantación de la libre elección de lengua" que no tenían la misma dirección que las declaraciones de Patricia de las Heras ante los medios. Además, criticaban al presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, al considerar que no representaba el perfil adecuado.
Todos estos hechos han terminado con cinco de los miembros del grupo parlamentario expulsando a Le Senne y De las Heras. Se da la paradoja de que ambos cuentan con el respaldo de la dirección nacional, sin embargo, los críticos no tienen en estos momentos el aval de la formación. Los diputados díscolos ya han pedido formalmente en el Parlament que los expulsados pasen a formar parte del grupo de no adscritos.
Futuro en el Parlament
Los resultados de las elecciones no otorgaron mayoría absoluta al PP, que actualmente ostenta la presidencia bajo el mandato de Marga Prohens. Por este motivo, tal y como se ha producido la ruptura, la dependencia de los cinco diputados díscolos es máxima, puesto que depende de ellos para sacar adelante todas las propuestas de Gobierno.
El PP suma en estos momentos 25 diputados, unidos a los cinco díscolos le concederían mayoría absoluta para la aprobación de leyes. La izquierda, cuenta con 25 parlamentarios, además de los expulsados de VOX y un diputado en Formentera, expulsado de Sa Unió, un partido de derechas nacido de la fusión de PP y Compromís amb Formentera que gobierna en la isla. Queda la duda sobre qué fórmula de mayoría parlamentaria optará a partir de ahora el PP en la comunidad.
Gabriel Le Senne era un miembro especialmente polémico y en sus redes sociales había vertido continuamente mensajes negacionistas sobre el coronavirus, el cambio climático, negando la violencia machista o contra el colectivo LGTBI. También rechaza recibir a los niños saharauis que llegan a las islas para pasar el verano o no acudió a un acto por la Constitución en diciembre porque se encontraba en las manifestaciones en Ferraz.
