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Vegasexuales: veganos que solo quieren tener relaciones con otros veganos

Ser vegano es mucho más que dejar de consumir productos animales: se trata de unos valores morales muy estrictos.

Pese a que aún haya quien los confunda, poco tiene que ver el veganismo con el vegetarianismo. Y es que pese a que un vegetariano lo único que debe hacer es dejar de consumir alimentos de origen animal, un vegano debe ir mucho más allá; no se limita a cambiar su dieta, sino que cambia su vida al completo. No consumen ningún tipo de producto que, en su origen o concepción implique maltrato o sufrimiento animal. Es decir: deben cuidar sus productos de belleza, su ropa, su calzado... Deben conocer a la perfección el origen de estos, puesto que quieren que todo sea respetuoso con la vida de todos los seres vivos.

Es por eso que puede llegar a verse comprensible que quien sea vegano convencido, no quiera compartir su vida romántica o sexual con personas que consuman carne o que lleven prendas de origen animal. Porque el veganismo es mucho más que una dieta: es una filosofía de vida. Un estudio elaborado por la Universidad de Canterbury, en Nueva Zelanda, ha llegado a la conclusión de que esto está creando una nueva tendencia sexual cuyos practicantes son "vegasexuales".

El veganismo no es solo una dieta
"El veganismo no es solo una dieta"

La coordinadora de este estudio ha sido Annie Potts, encargada de crear también el término "vegasexual". Los vegasexuales son personas que aseguran que no pueden mantener relaciones íntimas con personas que sean carnívoras, por "miedo a contaminarse con sus fluidos". Aunque pensemos que esto pueda ser descabellado, tiene sentido; si una persona no consume carne por convicciones propias, no querrá besar a alguien que sí que la haya consumido, porque acabará sintiendo el regusto de este sabor. Aunque hay una convicción mucho más allá de esto.

"No me gustaría tener relaciones con alguien cuyo cuerpo está compuesto, literalmente, por restos de seres vivos que murieron para ser su sustento". Así es como Potts resume las ideas de aquellas personas que participaron del estudio, todas ellas veganas convencidas. A su vez, señalana que "las personas que siguen una dieta carnívora son una especie de cementerio de animales". Muchos de los encuestados aseguraban que el seguir una dieta basada en productos animales hacía que las personas tuvieran un olor completamente distinto.

¿Exagerado o comprensible?

Todo este tema requiere mucho de empatía y de ponerse en los zapatos del otro antes de juzgar cualquier decisión personal. Si una persona es vegana es porque realmente cree que todo eso que defiende el veganismo es legítimo; cree en el 'antiespecismo', en la igualdad de todos los animales (entre ellos los humanos) y en lo cruel que es arrebatarle la vida a otro ser vivo para la supervivencia propia.Aída Gastón, la directora española de la Asociación por los derechos de los animales AnimaNaturalis ha explicado a El Pais que "donde los carnívoros ven un suculento plato de albóndigas, nosotros vemos un amasijo de músculos triturados, de ahí que pueda darnos mucho reparo besar a alguien que acaba de comerse un plato de carne".

No obstante, y pese a su afirmación, Gastón cree que una postura tan radical no es beneficiosa para nadie. "Normalmente, los veganos somos activisitas, participamos en manifestaciones y somos muy inquietos, por lo que no es nada extraño que terminemos encontrando a nuestra pareaja en este círuculo", ha explicado. Esto no es nada que no pueda extrapolarse a cualquier otra circunstancia: lo usual es que encontremos a nuestra pareja en ámbitos que nos sean cercanos y, por tanto, es normal que compartamos con ella muchas de nuestras decisiones vitales. Es entonces cuando surge la pregunta: ¿la vegasexualidad es una cuestión de afinidad, o realmente hay algo científico que lo explique? ¿Son los fluidos corporales de una persona vegana diferente a los de una persona omnívora? ¿Hay una explicación científica a esta nueva supuesta sexualidad?

Una filosofía de vida
"Una filosofía de vida"

SegúnIgnacio San Segundo, un reputado bioquímico, "no lo son. Puede ser que la saliva contenga partículas animales, pero el resto de fluidos, como el sudor u otras secreciones, son desechos de elementos ya procesados y reconvertidos en los que esas proteínas han desaparecido". Una vez que los alimentos llegan al estómago, todos sus componentes originales son transformados en cosas diferentes que poco tienen que ver con el componente original. Es decir: no hay ninguna diferencia entre las secreciones corporales (ni en el sudor) de una persona vegana y una omnívora.

Toda esta supuesta tendencia sexual responde más bien a una filosofía de vida que se quiere compartir con la pareja. Es algo tan lícito como que una persona de una determinada ideología quiera estar con alguien que piense como ella, o que una persona con unas aspiraciones quiera estar con alguien con las mismas aspiraciones. Jon Amad, director de la fundación Pro Vegan, cree que "las diferencias de opinión entre las personas pueden hacer que el atractivo sexual se esfume", es decir, que es algo más ideológico que biológico.

"Nosotros somos veganos porque estamos en contra de que los animales mueran para servir de alimento, y eso influye en nuestras preferencias amorosas; siempre nos sentiremos más cómodos con alguien que comparta nuestras inquietudes que con alguien que las vea extrañas o exageradas", ha explicado Amad. Eso sí: hay veces en las que la atracción por una persona supera todas esas barreras ideológicas. El hecho de que esto pueda mantenerse a largo plazo o no depende mucho de cómo estas personas se adapten la una a la otra, y consigan congeniar todas las diferencias. 

No hay mejor ejemplo para esto que María Johanna Nowak y Guillermo Zalaya, dos habitantes de Zaragoza que se han enamorado y han conseguido mantener una relacion amorosa pese a sus notables diferencias. Y es que mientras que ella lleva diez años siendo vegana, él es omnívoro. "Sí, es cierto que hasta le conocí solo tuve relaciones con otros veganos. No se trataba de una autoimposición, pero la verdad es que me sentía más cómoda compartiendo mi intimidad con ellos", explica Nowak. Mas cuando encontró a Zalaya, todo cambió. No le gusta que él coma carne, "pero es lo mismo que ocurre con el tabaco. Un no fumador evitará besar a su pareja después de que se haya fumado un cigarro, ¿no?". 

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