Iñaki Urdangarin, uno de los condenados por el Caso Nóos, ya ha cumplido cuarta parte de su condena de 5 años y 10 meses de cárcel. Como está establecido en el reglamento penitenciario, ya puede pedir un permiso de salida. Según han informado a EFE fuentes penitenciarias, ya lo ha hecho y ha solicitado el máximo: siete días. Sin embargo, se desconocen las fechas para las que lo ha solicitado.
No obstante, aunque aparece en el reglamento penitenciario, el marido de la infanta Cristina está clasificado en segundo grado y tendrá que ser la Junta de Tratamiento de la prisión quien le conceda este permiso, cosa que posteriormente el juez de Vigilancia Penitenciaria tendrá que ratificar.
No obstante, si la Junta de Tratamiento decidiera denegarle el permiso, Urdangarin podría recurrir ante el juez, ya que con su clasificación actual tiene derecho a disfrutar de 36 días al año de permiso fuera de la cárcel, con un tope de siete días de duración por cada uno.
A la hora de decidir si concederle el permiso o no, la Junta deberá observar si ha tenido o no mala conducta, la probabilidad de que quebrante la condena, prever nuevos delitos o valorar si el permiso podría influir negativamente en el programa de tratamiento del propio preso, entre otras cosas.
Vida en la cárcel y voluntariado
En junio de 2018, el yerno del rey emérito ingresó en la prisión de Brieva, en Ávila. Urdangarin pudo elegir la cárcel y optó por este centro penitenciario de mujeres, en el que él es el único recluso varón. La prisión de Brieva se construyó en 1989 y tiene 43.540 metros cuadrados, siendo un centro de pequeño tamaño con 162 celdas y otras 18 complementarias, según Instituciones Penitenciarias. Allí, Urdangarin tiene una vida normal, dedicada a la lectura y al deporte. Además es "muy tranquilo".
A pesar de que acaba de solicitar su primer permiso, si finalmente se le concede, no será la primera vez que salga de la cárcel mientras cumple condena.
Ya en septiembre el titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Castilla y León le permitió salir dos días a la semana, ocho horas en cada ocasión, para hacer una labor de voluntariado. Esos días acude al centro Don Orione de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, que acoge a más de un centenar de adultos con discapacidad intelectual y alto nivel de dependencia.
En aquel momento, Urdangarin no había cumplido aun la cuarta parte de su condena, y la Fiscalía solicitó que se anulara ese permiso, pero la Audiencia de Ávila señaló que pudo acceder a la ejecución de programas especializados porque "no contempla ni exige dicho precepto el cumplimiento de la cuarta parte de la condena como presupuesto necesario e imprescindible para que el interno pueda acceder a la realización de tales programas especializados, a diferencia del régimen de otros beneficios o institutos penitenciarios".
