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La UER sale en defensa de los representantes de Eurovisión 2024 por la polémica de Israel

Eurovisión defiende que la participación de la KAN es asunto de las televisiones públicas y no los artistas.

La UER sale en defensa de los representantes de Eurovisión 2024 por la polémica de Israel

No está siendo un año fácil para seguir y disfrutar Eurovisión. A menos de un mes de que empiece el certamen, sigue habiendo un debate importante sobre la participación de la KAN de Israel en el festival de Malmö. Luego de analizar la letra de la canción con detenimiento y rechazar las dos primeras propuestas hebreas para el certamen, finalmente la Unión Europea de Radiodifusión aceptó la tercera versión de 'Hurricane', un tema cantado por la joven Eden Golan y que recuerda a los fallecidos en el atentado de Hamas del 7 de octubre, 'casus belli' para Israel en su invasión a Gaza.

Las reacciones de los artistas no se hicieron esperar, y en vísperas de la PrePartyES de Madrid, varios representantes de Eurovisión 2024 apelaban a un alto al fuego, con un comunicado quizá algo tibio pero que llamaba a la unión a través de la música y a evitar la masacre tanto en un lado como en otro del conflicto.

Bambie Thug (Irlanda), Gate (Noruega), Iolanda (Portugal), Megara (San Marino) Nemo (Suiza), Olly Alexander (Reino Unido), Saba (Dinamarca), Silvester Belt (Lituania), Windows95Man (Finlandia) y Mustii (Bélgica) firmaban este documento, con algunos artistas como le artiste irlandese Bambie Thug, que daba un paso más y se declaraba pro-Palestina abiertamente.

Quizá el más mediático de esa lista, el británico Olly Alexander, ofrecía también un segundo comunicado, donde reclamaba el alto al fuego en Gaza y respondía a asociaciones británicas que le apelaban directamente a la retirada del festival, algo que respetaba pero no contemplaba.

Si bien en Madrid las propuestas fueron mínimas, y en Barcelona fueron algo más destacadas y ruidosas pero sin personalizar en ningún artista, sino pidiendo el boicot a Eurovisión, en Londres la situación fue buen distinta, con movilizaciones que sí apelaron directamente a los participantes, con un Olly Alexander como gran protagonista, al ser el anfitrión de la fiesta de la capital británica y representante del país. Sin ser plato de buen gusto, la actuación de Alexander no fue la mejor, acabando por pedir su equipo que no se difundiera el vídeo oficial y generándose cierta polémica, al considerar algunas personas que no fue el mejor desempeño del anfitrión de la fiesta.

La UER sale en defensa de los artistas

Ante esta situación, y con el ruido que se había formado al ser Olly Alexander el que sufría estas críticas, apenas un día después la UER salía con un comunicado oficial, el primero realizado desde que se aceptara a Israel como participante de Eurovisión 2024.

En él, por primera vez asumían el profundo debate y las sensibilidades heridas por la presencia hebrea en el certamen aunque la alegaban como fruto de un consenso entre televisiones públicas, algo muy redundante en todas las apariciones de UER recientemente, desligando Eurovisión de los gobiernos o naciones, y defendiendo el certamen como un certamen apolítico organizado por televisiones públicas.

Junto a ello, Eurovisión reclamaba asumir la responsabilidad de la participación de la KAN, quitando esa responsabilidad a unos artistas que en las semanas de PreParties habían sufrido críticas, protestas o incluso preguntas impertinentes de medios de comunicación israelíes preguntando directamente por la participación de su país en el concurso.

Llamando a un diálogo constructivo, la UER se pronunciaba por primera vez sobre el asunto, creando también una sección de 'preguntas frecuentes' en el apartado de medios de la web oficial detallando el por qué de la presencia de Israel y cómo se tomaron las decisiones para su presencia, siempre recalcando que es un caso distinto a Rusia y Bielorrusia, que estos sí incumplieron los principios que se le exige a una televisión pública en el marco de la UER.

Con toda esta situación, la UER ha de afrontar en menos de un mes una edición de Eurovisión señalada por la polémica, y que tendrá que enfrentarse a más de una movilización en contra de su celebración. La propia UER reitera el derecho de todos los usuarios relacionados con Eurovisión a la manifestación y a mostrar sus pareceres, garantizando que Malmö será un destino seguro y plural donde celebrar un gran festival.

Con ya más de una baja confirmada a los conciertos relacionados con la cita en las calles, entre ellas la de los segundos clasificados de Melodifestivalen Medina, la organización tendrá probablemente el mayor reto de organización desde la Eurovisión de la Covid, aún a la espera de ver si el resultado final puede acabar teniendo un tinte política como ocurriera en 2022. La situación, desde luego, es complicada.

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