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La sororidad, un bien necesario que toda mujer necesita conocer

Necesitamos hermandad entre mujeres para sobrevivir en un mundo machista.

Probablemente, en alguna ocasión, hayas oído hablar de sororidad dentro del feminismo; por desgracia, todavía es un término bastante desconocido, pese a lo importante que es. Es una de las bases fundamentales del feminismo, sea cual sea su vertiente aunque haciendo más hincapié en el feminismo radical (que no radicalizado; poco tienen que ver estos términos). Sin la sororidad, poco sentido tiene el feminismo al final del día.

La palabra sororidad proviene de una palabra latina, soror, que significa hermana; la sororidad, pues, habla de la hermandad entre mujeres, de la unión entre estas siempre que se hable de cuestiones de género. Sororidad es ver un caso de violencia machista y sentir la necesidad de involucrarte porque eso podría pasarte a ti; sororidad es apoyo, es coexistencia, es solidaridad frente a todos los problemas sociales que vivimos por el mero hecho de ser mujeres. En un mundo machista, necesitamos unos vínculos fuertes, unas alianzas entre mujeres que nos ayuden a mantenernos fuertes. Y por eso existe la sororidad.

La hermandad entre mujeres es la mejor vía para luchar contra el machismo y las desigualdades
"La hermandad entre mujeres es la mejor vía para luchar contra el machismo y las desigualdades"

Marcela Lagarde, una feminista y antropóloga de México, explicó que "la alianza de las mujeres en el compromiso es tan importante como la lucha contra otros fenómenos de la opresión". No basta con luchar contra el machismo, o contra la violencia de género, si no hay sororidad entre nosotras, si no nos demostramos un mínimo de empatía y solidaridad.

Por todo ello, es necesario crear una hermandad entre mujeres para que, de esta forma, ninguna se sienta sola ante la violencia estructural que vive en su día a día. También Lagarde habló de la sororidad como "una experiencia de las mujeres que conducen a la búsqueda de relaciones positivas y la alianza existencial y política, cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad con otras mujeres, para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas las formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y al empoderamiento vital de cada mujer". 

La necesidad de la sororidad

Pero, ¿por qué es necesaria esta sororidad? ¿Por qué no hablamos, en igual modo, de una solidaridad entre hombres, de una hermandad entre ellos? Es mucho más fácil de lo que podáis estar pensando, y basta echar un vistazo a las típicas películas de Hollywood para hacernos una idea. Porque el cine representa la sociedad, al igual que la sociedad acaba bebiendo del cine.

Pongámonos en situación: estamos ante la típica comedia romántica en la que chico conoce a chica. Pero resulta que esta es la novia de su mejor amigo. Y pese a que él está muy enamorado, jamás hará nada que dañe a su mejor amigo; porque ninguna mujer vale más que un amigo. Ella es simplemente un complemento, un personaje secundario que nos sirve para hablar de la amistad entre los dos chicos. ¿Os suena el guión? Cambiemos los papeles. Chica conoce a chico, y este resulta ser el novio de su mejor amiga. En este caso, el chico comienza a tontear también con la amiga, y todo acaba en un lío atroz tras el cual las amigas dejan de hablarse; una 'guerra' para ver quién de las dos consigue al chico. Seguramente este guión también os suene.

Sororidad como unión
"Sororidad como unión"

Por casos como estos, necesitamos la sororidad. Porque los hombres tienen muy claro que antes que cualquier otro asunto, va la amistad entre hombres; pero a nosotras nos han enseñado a competir entre nosotras, a rivalizar, a tratar de vencernos las unas a las otras. Y esto es extremadamente perjudicial.

No es algo que sea así por naturaleza, las mujeres no competimos por ninguna determinación biológica, sino que lo hacemos porque socialmente nos han enseñado que debemos hacerlo. Que nuestra finalidad es gustar más que el resto de las mujeres para, de esta forma, conseguir que los hombres se fijen solo en nosotras. ¡Pero eso no es así, y necesitamos la sororidad para comprenderlo!

Sororidad es, por ejemplo, no criticar el físico de otra mujer para sentirnos nosotras mejor; sororidad es comprender que el hecho de que otra mujer sea bonita no hará que nosotras lo seamos menos. Pero sororidad también es pasar de todos esos hombres con novia que conocemos un día, porque no querríamos estar en la situación de la otra chica; somos capaces de ponernos en su lugar, y no consentimos que su pareja la dañe de esa forma únicamente por divertirnos un rato. 

Por todo ello, debemos sumar y crear vínculos. Asumir que cada una es un eslabón de encuentro con muchas otras y así de manera sin fin. Mas la sororidad tampoco es apoyar sin filtro lo que digan otras mujeres; a veces, sororidad también es corregirlas, discrepar, o defender otras ideas.

Sororidad no es apoyar indiscriminadamente

Pero tampoco esto debe conducir a error. La hermandad entre mujeres no implica que se apoye siempre lo que otras mujeres digan, independientemente de lo que estén diciendo. Cuando una mujer que se encuentra en una situación privilegiada acalla las voces de aquellas que se encuentran en una posición mucho menos privilegiada, lo lógico es que no estemos de acuerdo y se lo hagamos llegar.

Por poner un ejemplo: cuando Cristina Pedroche dijo que "ni machismo ni feminismo ni su puta madre", es comprensible que las mujeres que sí se consideren feministas le hagan saber los fallos de su discurso. Mas se le deben transmitir los fallos sin caer en insultos machistas, sin ser nosotras nuestras peores enemigas.

Respeto entre mujeres

Sororidad es ver que todo el público llama "puta" a Cristina Pedroche por ponerse un vestido, y defenderla sin miramientos, pese a que ella pueda tener ideas que no casen con las nuestras. Porque no estaríamos solo defendiendo a Pedroche, sino que estaríamos defendiendo el derecho de todas las mujeres de llevar ese vestido.

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