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Política

Los sondeos vuelven a fallar: ¿Quién miente, los votantes o las encuestas?

Tras los resultados del 26-J se reabre el debate sobre la confianza que se puede depositar en los sondeos preelectorales y se disparan las teorías sobre el 'cocinado' de votos.

Tras el más que notable desvío del CIS en las elecciones del 20-D, que pronosticaba 24 diputados más para Ciudadanos, 22 menos para Podemos y 7 menos para el PSOE, las vistas estaban puestas en el barómetro de estas elecciones para descubrir si, efectivamente, el CIS demuestra que tiene 'memoria histórica' y su sondeo era más ajustado a los nuevos partidos en esta ocasión, para la cual habían previsto el 'sorpasso' por la izquierda de Unidos Podemos al PSOE.

Nada que ver con la realidad. Ni el CIS ni el resto de sondeos de estas elecciones han conseguido pronosticar la subida de 14 escaños del PP, ni que el PSOE se mantendría como segunda fuerza política, ni que Unidos Podemos no sumaría con la confluencia, ni que Ciudadanos pegaría un bajón considerable. Hemos seleccionado los últimos sondeos del CIS, Metroscopia (El País), Sigma Dos (El Mundo), la frutería andorrana de Electograph y el sondeo a pie de urna de RTVE y la FORTA para comprobar la enorme desviación con respecto a los resultados finales.

El Partido Popular fue subestimado con una media de 17,6 escaños, siendo el sondeo de Metroscopia (114) el que peores resultados le vaticinaba y, el de Sigma Dos (124-129), el más acertado. Los malos pronósticos no fueron numéricamente (aunque sí implícitamente, al situarlos como tercera fuerza) tan duros con el PSOE, ligeramente infravalorado por todos los sondeos con una media de 4,1 escaños: en este caso, Sigma Dos (73-78) fue el más equivocado y Electograph, con sus encuestas ocultas mediante frutas, acertó el número que diputados en su último sondeo.

Lo contrario ocurrió con los partidos emergentes. Podemos pasó de ser un partido fuertemente infravalorado en las encuestas del 20-D a ser muy inflado en las del 26-D. Los sondeos daban una media de 19 escaños más a Unidos Podemos de los que realmente consiguió, siendo Metroscopia (86-92) y RTVE (91-95) los más optimistas para la formación de Pablo Iglesias.

Los resultados del 26-J vs. los sondeos preelectorales
"Los resultados del 26-J vs. los sondeos preelectorales"

Algo similar ha ocurrido con Ciudadanos, el 'niño mimado' de los sondeos del 20-D, cuando todos pronosticaban unos resultados mucho mejores. En esta ocasión las encuestas preveían que Rivera se mantuviese más o menos tal cual estaba y le daban una media de 38,5 escaños. Con una excepción, eso sí: el sondeo a pie de urna de RTVE, que anunciaba un resultado de 28 escaños, cuatro menos de los obtenidos finalmente.

¿Mienten las encuestas o los encuestados?

Existen todo tipo de teorías para explicar el hecho de que las encuestas suelan fallar de esta manera tan estrepitosa. En el 20-D se argumentó que la fuerte entrada de dos partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, hacía complicado realizar un pronóstico, al no tener una referencia para calcular el porcentaje de desvío de los encuestados (dicho claramente, lo que mienten) y cómo se iban a comportar los indecisos ante el nuevo panorama político. En el 26-J ya se contaba con este recuerdo de voto, pero ahora se esgrime que la cercanía en el tiempo con respecto a las anteriores generales hacía imprevisible el comportamiento de los votantes.

Por otro lado están los que se decantan por teorías más o menos (allá cada uno) conspiranoicas y afirman que las encuestas 'se cocinan', es decir, se elaboran pensando en favorecer a uno u otro partido, normalmente a PP y ahora a Ciudadanos. Siguiendo este razonamiento, en el 20-D se habría inflado a los naranjas para ilusionar a sus potenciales votantes y animarlos a decantarse por ellos. Puesto que desconocemos el grado de influencia de estas encuestas, no sabemos si realmente esto fue así y Ciudadanos habría obtenido muchos menos votos si los sondeos no hubiesen sido tan positivos con ellos. Del mismo modo, Podemos habría sido infravalorado para intentar minar la voluntad de los votantes.

En el 26-J hay quien le está dando la vuelta a esta teoría. En vista del fracaso de esa supuesta estrategia del 20-D, los sondeos habrían hundido al PP, esperando provocar el efecto contrario, y habrían anunciado a bombo y platillo el 'sorpasso' de Unidos Podemos para desincentivar el nuevo voto.

No obstante, siempre existe una tercera explicación al fallo de las encuestas, y es, simple y llanamente, que la gente mienta. En la actualidad no es demasiado 'popular' reconocer que se vota al PP tras sus políticas de recortes y los escándalos de corrupción, y, en cambio, Ciudadanos es una opción renovada y prudente para muchos. Algo similar podría ocurrir con Unidos Podemos, que goza de gran aceptación en determinados perfiles de votantes. En cualquier caso, el 26-J ha abierto un debate sobre la necesidad de que existan las encuestas y sobre la confianza que se puede depositar en ellas que veremos cómo se desarrolla en las próximas elecciones.

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