La estela de recortes y precarización de la red sanitaria en Galicia están cobrándose vidas. Uno de los últimos casos se registró en un centro de urgencias de A Estrada, la falta de personal habría llevado a que José Manuel Brey, de 65 años, a morir asfixiado en un centro de urgencias en el que, sorprendentemente, no había ningún médico. Los recortes han provocado que únicamente cuente con un equipo que, en ese momento, se encontraba atendiendo una emergencia fuera de las instalaciones.
La situación de este centro no es inédita y se repite en las áreas rurales, precisamente, aquellas que se encuentran más alejadas de los centros hospitalarios y que mantienen una población más envejecida y, por tanto, con mayores necesidades sanitarias.
Por todo ello, la familia ha presentado una denuncia ante la Guardia Civil. La juez deberá dirimir si la presencia de un médico podría haber salvado la vida de este hombre, que acudió por una indisposición intestinal y que padecía párkinson. La familia señala además que, este tipo de centros están obligados a ofrecer atención sanitaria continuada.
El Sergas (Servicio Sanitario Gallego), se encuentra ahora en entredicho. La magistrada ha solicitado la planilla de horarios, considerando que la ley obligaba a que el centro estuviera ocupado por dos equipos de médicos, cuando solo había uno.
Ante esta situación, los trabajadores de la Sanidad Pública de Galicia han organizado una huelga que, debido a las circunstancias, no afectará a los pacientes: se han impuesto a sí mismos unos servicios mínimos del 100%.
Según los sindicatos, la red cuenta con el mismo número de sanitarios que hace una década, a pesar del aumento de la población, su envejecimiento, la subida de pacientes crónicos, la hospitalización a domicilio y la precaria atención a los enfermos, que hace que acudan con mayor frecuencia por las deficiencias en su atención.
Los médicos aseguran que el problema que derivó en la muerte de José Manuel ya había sido denunciado previamente y que desde la Consejería les habían tachado de "alarmistas". Y señalan una especie de "frío cálculo en el que consideraban que el riesgo de aumento de muertes de pacientes por los recortes era mínimo".
Otros dos fallecimientos
El caso de José Manuel Brey se une a la muerte de otros dos pacientes por estas mismas circunstancias. Uno de ellos, protagonizado por un octogenario que esperó tres horas en el pasillo y que finalmente entró en parada cardiorespiratoria. El otro, una anciana que esperó media hora con un fuerte dolor abdominal, entró en parada en mitad del pasillo, pasó a la unidad de críticos y finalmente murió. Estaba siendo víctima de una isquemia intestinal sin que nadie la atendiera.
Ambos casos son parte de las cinco demandas que enfrenta la Unidad de Urgencias del hospital de Santiago. Un centro gestionado, precisamente, por la prima del presidente gallego, Eolína Núñez.
Ante la gravedad de los hechos, el centro ha abierto una investigacion interna, pero niega la muerte de los pacientes y acusa a quienes denuncian esta situación de "causar una alarma innecesaria en la población".
