Los vehículos con más de cuatro años de antigüedad en España están obligados a pasar la Inspección Técnica de Vehículos de forma periódica. Este es el sistema que permite a las administraciones comprobar que todos los coches que circulan por nuestras carreteras se encuentran en buenas condiciones y con buenos sistemas de seguridad.
Al salir de un taller de la ITV con la aprobación de los técnicos, los conductores reciben el distintivo V-19, una pegatina que deben colocar en el parabrisas del vehículo para señalizar que se encuentra en buenas condiciones para circular.
No llevar la pegatina correspondiente puede acarrear una sanción, por este motivo, es fundamental que llevemos la señalización siempre incorporada en la luna de nuestro vehículo. En concreto, nos exponemos a una multad de 80 euros.
El color de la pegatina de la ITV
Las pegatinas de la ITV tienen diferentes colores y no se trata de una simple casualidad. Se trata de un distintivo que cambia de color anualmente, de forma que los agentes distinguen a simple vista si el vehículo ha pasado todos los años la revisión.
El sistema solo incorpora tres colores: amarillo, rojo y verde. Siempre sigue el mismo orden. Si la pegatina en 2023 será amarilla, el siguiente año será roja y en 2025 será verde, para incorporar cambios de color.
Hay que añadir que las pegatinas de la ITV se incorporan habitualmente en el parabrisas, un hábito que tradicionalmente no se ha considerado una infracción. El artículo 19.1 del Reglamento General de Circulación señala, sin embargo, que "la superficie acristalara del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule sin interferencias de láminas o adhesivos".
Sí se pueden llevar las pegatinas antiguas en el parabrisas, pero siempre y cuando no estorben la perfecta visión de la carretera. Queda a la libre interpretación de los agentes de Tráfico decidir si se impone o no una sanción económica a los conductores que no dispongan de una visión completa y diáfana de la carretera. La multa asciende hasta los 80 o, incluso, 200 euros en casos extremos.
