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Se gasta 35.000 euros en operaciones para ser una muñeca humana y conejita Playboy

Anabella ha abandonado su trabajo como arquitecta para cumplir su sueño: ser conejita Playboy.

Anabella, una joven arquitecta polaca de 25 años, ha abandonado la profesión de su vida para perseguir su verdadero sueño: convertirse en una muñeca humana al estilo Barbie y, gracias a ello, llegar a convertirse en toda una conejita Playboy.

La joven acudió al quirófano para retocarse la nariz, pero parece que la experiencia fue de su agrado y quiso más: "Luego ya no se puede más", ha llegado a asegurar ante los medios.

Anabella lleva gastados más de 35.000 euros (aproximadamente, lo que cuestan 1.4000 Barbies) y, por el momento, no tiene la intención de parar. La joven, que reconoce que "soy muy rara", ha conseguido triunfar en redes sociales gracias a su imagen Kitsch. Ya cuenta con más de 70.000 seguidores, que no dudan en brindar un like a cada instantánea que sube a la red.

A pesar de su obesión con el físico, Annabella también reconoce que "la belleza está en el interior" y que su sueño, mientras consigue convertirse en la Barbie humana más real del mundo, es terminar siendo una auténtica conejita Playboy.

Anabella, en un centro comercial
"Anabella, en un centro comercial"

Ella misma ha reconocido cómo su obsesión comenzó con un leve retoque que, poco a poco, ha ido a más: "Todo el mundo tiene pequeños complejos con su físico, y en mi caso pensé que si pudiese cambiar algo sería mi nariz. Lo hice y ya no pude parar", ha asegurado.

Sin embargo, su obsesión de parecerse a una Barbie real, debe tener unos límites. Según el Hospital Central Universitario de Helsinki, la muñeca debería tener unas medidas de 1,75 metros de estatura y 91-46-84. Mientras tanto, el porcentaje de grasa sería inferior al 17%, lo que supondría la interrupción de la menstruación. Calculen los efectos en la salud que la muñeca quiere imponer a todas las mujeres.

Mientras tanto, al joven Anabella continúa operándose para convertirse algún día en toda una Barbie de auténtica carne y hueso y, de paso, convertirse en al perfecta compañera de viaje del Ken Humano. Tenemos muñecos para rato.

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