El ministro de Sanidad, Salvador Illa, afirma que existe una "preocupación profunda" por los más de 150 brotes en España, especialmente por los situados en Aragón, Catalunya y algunas zonas de Barcelona. De hecho, la Generalitat ya ha pedido a la población que se confine en sus viviendas y solo salga a la calle para la compra y el trabajo, aunque por el momento la medida tiene carácter voluntario.
La pelota se encuentra ahora en Moncloa. El Gobierno está revisando el decreto del estado de alarma para activarlo en cuanto sea necesario. Todo apunta a que lo será: los datos se están disparando y muestran una tendencia similar a las semanas previas al confinamiento.
"Si vemos que escapan al control de las comunidades autónomas o hay que limitar algún derecho fundamental, actuaríamos", ha asegurado Illa en una entrevista emitida en Onda Cero.
El límite que se da el Ministerio de Sanidad se encuentra en que los brotes puedan traspasar las fronteras de una comunidad autónoma. La primera alternativa sería reforzar las actuaciones a nivel de salud pública en una colaboración entre administraciones. La segunda, el estado de alarma.
Sin embargo, no se divisa un escenario como el registrado al inicio de la pandemia. La situación es desigual: mientras que la Generalitat pide confinarse en las viviendas y triplica casos en una semana; las islas de La Palma, La Gomera o El Hierro se mantienen sin casos activos. Además, hay otras comunidades que todavía no imponen el uso de mascarillas en espacios públicos al no considerarlo obligatorio. Se trata de Madrid, Canarias, Valencia, Galicia, Ceuta y Melilla.
La situación es desigual entre territorios y el estado de alarma, se espera, se adaptará a ello. No se esperan las mismas medidas en todo el territorio español y se plantean escenarios con confinamientos en comunidades autónomas, distintas fases de desescalada en otras y, finalmente, mantenimiento de la 'nueva normalidad' allí donde se vea posible.
Preocupación por Zaragoza
Illa ha afirmado durante la entrevista que no tiene constancia sobre el confinamiento domiciliario en Cataluña, una medida por la que la Generalitat finalmente ha optado aunque de manera voluntaria.
En cuanto a Aragón, Illa sí ha mostrado una fuerte preocupación por la situación en la zona: "El brote de Zaragoza no está bajo control". La capital aragonesa es la que más preocupa, puesto que la fuerte concentración de población ponen en riesgo la posibilidad de alcanzar un escenario peligroso.
"Habrá que esperar unos días y, si son insuficientes, habrá que corregirlas bajo la dirección que convenga", ha añadido tras el anuncio del Gobierno aragonés de "refuerzos" para limitar los movimientos y las entradas o salidas de la capital.
A pesar de todo, la situación no es igual que al inicio de la pandemia. El 70% de los positivos registrados son asintomáticos y la edad media de los afectados ha descendido significativamente. El motivo: el coronavirus ahora se mueve más entre los jóvenes, que son los que más se relajan con las medidas, mientras que los puntos críticos como las residencias de ancianos ya han reforzado su seguridad.
Illa ha situado la fotografía de Cibeles vacía, tras la victoria del Real Madrid, como ejemplo del comportamiento que ahora se espera en una situación de crisis sanitaria como la actual. "Si vamos por este camino y la gente es consciente de que tiene que ir con cuidado... no hará falta que se tomen medidas más drásticas".
Sin estado de alarma ni confinamiento, la responsabilidad individual es la clave para evitar una situación como la vivida durante los meses de marzo y abril. Y, sobre todo, que los brotes no terminen convirtiéndose en segunda ola.
