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C.A.M: el restaurante de los horrores deluxe en el que te limpias con Kleenex

Las paredes de este mesón están sucias y rotas, mientras que la comida que ronda los 13 euros por cada plato: las fotos lo dicen todo.

Ser crítico gastronómico puede tener como ventaja que te inviten a comer a ciertos resturantes, pero ojo: porque hay algunos que aunque aparezcan en la guía Michelín, en la realidad son un auténtico desastre. Algo parecido es lo que le pasó hace poco al crítico gastronómico Phillippe Regol que acudió a un restaurante parisino llamado C.A.M, citado en la reconocida guía Le Fooding, que además ha sido comprada recientemente por Michelin. Y es que el lugar, a dos horas a pie de la Torre Eiffel y a 20 minutos en coche, es un resturante "sucio y descuidado", pero como dice Regol en su crítica, todo es de forma intencionada por su propietario, Phil Euell, un interiorista neoyorkino.

Las paredes dicen que están raspadas aposta. Os dejamos unas fotografías que compartió Regol en su cuenta de Twitter para que juzguéis con vuestros propios ojos... 

Dicen que las paredes de este restaurante están rotas aposta
"Dicen que las paredes de este restaurante están rotas aposta"
Aunque todo esté destartalado, quienes acuden se sienten muy a gusto
"Aunque todo esté destartalado, quienes acuden se sienten muy a gusto"

Y os preguntaréis que por qué entró en este sitio con los cientos de resturantes que habrá por la zona. Pues error, porque el bloguero cuenta que un domingo por la noche, como aquel día, es complicado encontrar algún local abierto para comer en condiciones, nada de comida rápida. La guía decía que el C.A.M estaba abierto y que encima el cocinero era muy bueno: el coreano Eseu Lee, al que Regol conocía como profesional porque acudió a una master class en la que Lee dio una lección de cómo utilizar las salsas cuando cocinamos. 

Aunque la guía avisa de que es un restaurante en el que hay mucho ruido e informalidad, lo que este crítico gastronómico no se esperaba era que la informalidad fuese sinónimo de suciedad. "Ambiente grunge desastroso: la peor mesa, a oscuras, taburetes ridículos, sin perchas para dejar la ropa, lentitud en el servicio, pero sobre todo sucio y descuidado", asegura Regol. Podríamos creer que es un exagerado que sólo busca visitas en su blog, pero ni le traería beneficio económico ni ganaría nada. Así que compartió en Twitter todo lo que vio esa noche en el C.A.M. 

Veredicto: "comestible"

Por supuesto, también puntuó la comida. La carta es bastante limitada: ocho platos. Le Fooding recomienda que vayamos dos o tres noches para degustarla al completo. Sin embargo, creemos que Regol no volverá a pisarlo y no sabemos si después de ver cómo es el sitio y la comida, se ganará más clientes o los perderá. 

La guía pone por las nubes los platos mientras que este crítico no opina lo mismo. Cuenta que es "comestible" y que el chef, que está solo en cocina, hace lo que puede. Le gustaron dos platos: "no estaba mal del todo la berenjena/coles de Bruselas o el rape crujiente". El precio medio por plato es de 12 a 16 euros, que visto lo visto, no sabemos a ciencia cierta si los pagaríamos o preferíamos comprar un menú de comida rápida. Eso sí, el vino más barato no bajaba de los 40 euros. Ya podría estar bueno...

Regol salva del menú las coles de Bruselas
"Regol salva del menú las coles de Bruselas"

¡Ah!, se nos olvidaba: si queréis postre o café, u os buscáis un sitio en el que lo sirvan, los preparáis en casa o aguantáis las ganas, porque parece ser que en C.A.M no sirven nada de esto. Además, parece ser que no ganan para servilletas a pesar de tener vinos caros y toca limpiarse es con clínex, que es lo que ofrecen. Eso sí, Regol es muy sincero y explica que a pesar de lo desastroso que es todo, la gente parecía "encantada"

Debe ser que no estamos acostumbrados a este tipo de lugares porque no somos de allí, así que seguro que quienes vengan de fuera alucinan con nuestros bares o mesones. Hay gustos para todo.  

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