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Ciencia

El queso es tan adictivo como la heroína, según la ciencia

Si no te lo crees ponte a pensar cuántas veces se te ha hecho irresistible una comida que llevara queso.

¿Cuántas personas conoces a las que no les gusta el queso? Seguro que ninguna o en caso afirmativo, muy pocas. Es como a "esa gente", sí, "esa gente" a la que no le gusta el chocolate ¿Qué clase de problema tienen? Pues todo esto podría tener una explicación, ya que ambos entran en la lista de los 25 alimentos más adictivos del mundo. 

El placer que nos produce comer está claro. Más cuando se trata de alimentos ultraprocesados que, aún sabiendo lo nefastos que son para nuestro organismo, seguimos consumiendo. Ahí, incluso el gusto aumenta por mil. De ahí que muchas veces picotear una bolsa de patatas fritas o cualquier otro aperitivo se convierta en una guerra por saber cuál será la última que te comas. A todos nos ha pasado, tranquila.

El queso parmesano es de los más consumidos
"El queso parmesano es de los más consumidos"

Una "droga láctea"

Dentro de esos ultraprocesados está nuestro adorado queso que, según un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan, produce en el cerebro de quién lo consume una respuesta similar a la heroína. Obviamente no se puede comparar este tipo de droga, siendo una de las más adictivas y que más muertes se salda, con el queso. 

Todo esto tiene una explicación científica. Por un lado, la heroína es capaz de elevar los niveles de dopamina en tu cerebro hasta el 200%. Es decir, una sensación adictiva de placer elevado al infinito y más allá. Del mismo modo, los alimentos considerados altamente sabrosos, como el queso, producen un efecto parecido, aunque la reacción a la sustancia es diferente. 

La pizza encabeza la lista de alimentos adictivos
"La pizza encabeza la lista de alimentos adictivos"

Esto se debe a que el queso tiene una proteína que se llama caseína que es la encargada de producir ese efecto similar al de las drogas. Esta proteína está presente en todos los productos lácteos, pero es en el queso donde su valor se multiplica por diez, ya que se trata de un producto más elaborado que los otros. Por tanto, la caseína es la encargada de liberar casomorfinas en el cuerpo humano, lo que genera una agradable sensación de bienestar y provoca adicción.

Sin embargo, lo que no pudieron demostrar en la investigación era el alcance que tenía la casomorfina en el cerebro humano, es decir, lo que es capaz de producir realmente en las personas. Lo que está claro que es la culpable de que no podamos dejar de comer queso y siempre queramos más y más. 

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