Hay misterios que el ser humano, a día de hoy, aún no ha sido capaz de resolver. La mayoría de ellos están directamente relacionados con la muerte. Pese a que las diferentes religiones tengan sus teorías sobre lo que sucede al final de nuestras vidas, lo cierto es que no sabemos qué pasa con nosotros una vez fallecemos. No sabemos si hay algo después, o qué sucede con nuestra mente tras la muerte porque, evidentemente, nadie ha regresado de ese momento para contarnos qué ha vivido al morir.
Poco a poco, parece que la ciencia está dando respuesta a algunas de las preguntas que más llaman la atención a los seres humanos. La última está directamente relacionada con lo que acabamos de mencionar. La investigación depende de un grupo de científicos del hospital Charité-Universitätsmedizin de Berlín. Lo que han averiguado es especialmente interesante.
'Annals of Neurology' ha sido la revista que ha publicado este estudio, una publicación que pertenece a la Asociación Americana de Neurología y la Sociedad de Neurología Infantil. En este estudio han explicado que toda la investigación se ha llevado a cabo estudiando a nueve personas que se encontraban en ese momento en fase terminal, todas por haber sufrido una lesión cerebral. Además, todas ellas firmaron una orden de no reanimación una vez fallecieran. Es gracias a estos nueve pacientes que la ciencia ha podido avanzar a pasos agigantados este año.
La actividad cerebral continúa presente
Los médicos estudiaron la actividad cerebral de estos pacientes una vez su cuerpo había fallecido, y en los nueve casos pasó lo mismo: se detectó una especie de actividad tras la muerte de los individuos, durante más o menos cinco minutos, hasta que finalmente esta actividad se apagó.
La actividad que se detectó fue casi algo eléctrico, que podría indicar que la conciencia aún estaba presente en el cuerpo. Algo así como si la persona continuara viva dentro del cuerpo, pese a que este ya no tuviera constantes vitales. Lo interesante de todo este asunto es que esta actividad cerebral podría dar la oportunidad a la ciencia de revertir el proceso de la muerte durante ese tiempo en el que continúa estando ahí.
No quiere decir que estemos ante la respuesta a la muerte, ante la solución para la vida eterna, ni mucho menos. Porque aún ni siquiera se sabe cuánto es el tiempo durante el cual la actividad continuará ahí; se cree que entorno a cinco minutos, pero esto podría variar dependiendo del paciente. Pero esto sí que es una ayuda importante para los médicos que traten diariamente con el paro cardíaco o el accidente cerebral, puesto que podrían encontrar soluciones a estos problemas.
