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El programa Copernicus alerta de "cambios alarmantes" en el clima: "Nos adentramos en un terreno inexplorado"

Un informe europeo revela las condiciones a las que se enfrenta el Viejo Continente como consecuencia de las altas temperaturas y sequías.

El programa Copernicus alerta de "cambios alarmantes" en el clima: "Nos adentramos en un terreno inexplorado"

Redacción

30 Abril 2023 12:46

El servicio de cambio climático de Copernicus (C3S) ha publicado recientemente su informe anual sobre el estado del clima en Europa (ESOTC) que vuelven a confirmar la "preocupante tendencia" en la que se encuentra actualmente nuestro planeta.

La fuerte subida de las temperaturas, especialmente con aumentos de olas de calor, sequías generalizadas y pérdidas de placas de hielo en tiempo récord (con destrucción de los polos), mientras que las emisiones de gases de efecto invernadero no se reduce a ritmo adecuado, muestran "cambios alarmantes", según advierte el director del C3S, Carlo Buontempo, que advierte de que entramos en "territorio inexplorado".

La situación del planeta se está deteriorando y cada vez es más difícil actuar. Sobre esto también advierte Buontempo, que indica que "la experiencia colectiva será menos útil que hace unas décadas" y que, en estos momentos, es "crucial" entender cómo funcionan las nuevas dinámicas del clima.

Los científicos del programa Copernicus advierten sobre la situación actual. En 2022 se registró el segundo año más cálido en la historia de Europa, con 2,2º por encima de la era preindustrial (1850-1900) y 0,9º por encima del período de referencia (1991-2020).

Muchos países del suroeste de Europa han registrado su año más caluroso desde la existencia de registros. Mientras tanto, las temperaturas más cálidas en términos absolutos se registraron en el noreste de Escandinavia y los países ribereños del noroeste del Mediterráneo, mientras que en tres de las cuatro estaciones del año (invierno, verano y otoño), las temperaturas se situaron por encima de la media.

La única excepción a estos datos se registró tan solo durante la primavera, que fue ligeramente más fría, mientras que el verano fue el más cálido registrado, con 1,4º por encima de la media, entre tres y cuatro décimas por encima el anterior verano más cálido, en 2021.

Todo esto se suma a olas de calor excepcionales, especialmente en Europa occidental, con temperaturas 10 grados por encima de lo habitual en verano. En Reino Unido, por ejemplo, se alcanzaron 40 gramos por primera vez desde que se tienen registros, mientras que en marzo, de mayo a agosto, octubre y diciembre, las temperaturas alcanzaron entre 7 y 10 grados más que la media.

Además, el aumento de temperaturas también afecta a la superficie de los lagos y mares. En el Mediterráneo, los termómetros se han disparado por encima de la media en mayo, con olas de calor marinas de récord en verano, así como en el Golfo de Vizcaya, el Canal de la Mancha y el Mar de Irlanda o el Mar de Noruega. Los lagos han registrado temperaturas superiores a la media en un 73%, las más cálidas en España y las más frías en Ucrania.

Sequías

Todo esto se suma a las pocas precipitaciones. El informe indica que 2022 fue un año con pocas precipitaciones, un 10% más seco que la media. El mes menos lluvioso fue mayo, con entren 21 y un 28% menos que la media, mientras que septiembre fue el más húmedo, con entre un 13 y un 21% más de lluvia.

Los países con menos días húmedos con Francia, Italia y Polonia, aunque el durante el invierno las precipitaciones se concentraron especialmente en el norte y este de Europa. El caudal de los ríos europeos fue el segundo más bajo de la historia, el sexto año consecutivo con caudales inferiores a la media.

El aumento de temperaturas y falta de precipitaciones provocaron sequía generalizada y prolongada. Además, generaron un descenso de nieve, con una media de 30 días menos y hasta 50 en algunos lugares, una pérdida de helo récord en los glaciares en los Alpes, equivalentes a más de 5 km2 de huelo. Las escasas precipitaciones, que han continuado a lo largo del verano, con excepcionales olas de calor, han provocado una reducción del agua procedente del deshielo, que ha afectado a sectores productivos, como la agricultura o la producción de energía.

Otro de los efectos han sido los incendios forestales con la segunda mayor superficie quemada en los países de la Unión Europea. "Se registraron condiciones de peligro de incendio por encima de la media durante la mayor parte del año, debido a la sequía y el calor persistentes, en particular en las zonas suroccidentales", señala el informe.

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