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El dueño de una piscina veta a gitanos porque no quiere "gente conflictiva"

El propietario llegó a amenazar a las personas de etnia gitana con un bate de béisbol para alejarles del complejo.

Redacción

23 Agosto 2017 18:01

Antoni Juame, el dueño de una piscina de Bunyola (Mallorca) está siendo investigado por la Justicia por discriminación: ha vetado la entrada a cualquier persona de etnia gitana porque no quiere "gente conflictiva".

Dejando de lado que los gitanos ejercen como policías, concejales o tienen trabajos de alta cualificación a pesar de la discriminación que enfrentan por parte de la sociedad, el propietario asegura que prohibir la entrada a gitanos "no es racismo, es un club privado donde nos reservamos el derecho de admisión y evitamos la entrada de gente conflictiva".

La denuncia parte de la Asociación para la Integración del Pueblo Gitano de Baleares, que ha contado con tres testimonios de personas que no se conocen entre sí, pero cuyas historias coinciden completamente.

Según Manuel Alameda, presidente de la asociación, el propietario llegó a mostrar un bate de béisbol en tono amenazante para expulsar a los denunciantes. Además, les llegó a especificar que "no quería gitanos", mientras sí dejaba pasar al resto de personas.

Ante un claro gesto de racismo, la asociación ha presentado una denuncia ante la Policía Local de Bunyola y la Guardia Civil para que investiguen si el dueño de las instalaciones pudo incurrir en un delito de odio.

Fotografía de las instalaciones
"Fotografía de las instalaciones"

Además, el presidente de la asociación denunciante acudió el segundo día con un reportero del diario local Última Hora, que pudo comprobar cómo las amenazas se volvían a producir.

La denuncia cuenta con el apoyo de varias personas de etnia gitana que se han unido a las reclamaciones y de dos extrabajadores del centro que denuncian que este tipo de prácticas se producían de manera repetida.

El propietario dice que no es racista

La página de Facebook del complejo está recogiendo todo tipo de críticas de personas gitanas y no, que están mostrando el deterioro del lugar por, según describe una usuaria, "el veneno" del dueño. Además aseguran que el agua está sucia y que el trato hacia los clientes es completamente nefasto.

El propietario del complejo asegura que tiene una pareja "de color" y que en ningún caso es racista. Señala que únicamente ha expulsado a personas con las que ha mantenido algún desencuentro por "fumar porros delante de los niños o por traer comida o bebida a la piscina. Tan sólo son cuatro o cinco como máximo", señala a ABC.

A la denuncia se sumará el Secretariado del Pueblo Gitano a nivel nacional, que ejercerá como acusación particular contando con todo su equipo jurídico en el desarrollo de las investigaciones.

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