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Ciencia

Las personas con la letra fea son más inteligentes, según un estudio

Según un estudio, el cerebro de la gente con mala letra funciona a una velocidad mayor de lo que lo hacen sus manos al escribir.

La gente con letra fea es más inteligente que la media. Esa es la conclusión a la que ha llegado un estudio realizado por la Universidad de Yale (Connecticut) y que ha sido publicado por la revista científica The American Journal of Psychology.

Los investigadores se basan en la interesante hipótesis en torno a una supuesta conexión entre el cerebro y la acción de plasmar sobre el papel cualquier escrito. Y, en este caso, cuanto más feo, más listo: el legendario "cuanto peor mejor" de Mariano Rajoy.

Este estudio revela que escribiendo se puede dar más información sobre la persona de la que uno piensa. Se  puede hacer un retrato en varios aspectos que se producen entre los procesos físicos y psicológicos que cualquier otro movimiento voluntario. Pues bien, la Universidad de Yale ha estudiado como la inteligencia y el tipo de caligrafía están estrechamente ligados.

Mala letra, buenas notas

Las personas con una letra fea suelen procesar la información con mayor rapidez que la media
"Las personas con una letra fea suelen procesar la información con mayor rapidez que la media"

Este estudio afirma que los chicos que mejores calificaciones obtuvieron desde la educación primaria hasta la llegada a la universidad tienen una caligrafía a la hora de coger apuntes, realizar exámenes  y demás un poco más 'fea' de lo normal. Lo que sí que no esta ligado es la buena ortografía, algo que sin embargo siempre tiene estos alumnos que dibujan frases de manera menos atractiva.

Para ello, se tomaron escritos de niños y niñas con coeficientes intelectuales diversos: "Los niños con mala letra mostraban altas habilidades mentales y agilidad mental sobre el promedio. Para ellos era más importante la información que obtenían que esforzarse por una buena letra", afirma Arnold L. Gesell, profesor de psicología en la Universidad de Yale.

La conclusión sacada por este estudio es que el cerebro de las personas que tiene una letra más fea funciona de manera más rápida que lo que lo hacen sus manos. He ahí la razón definitiva por la que esas personas tienen como prioridad rescatar mentalmente la información que el mero hecho de plasmarla sobre el papel.

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