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Ciencia

Obesos y enfermos: la cruda realidad que espera a la especie humana por el cambio climático

El fuerte aumento del CO2 provocará cambios bruscos en la composición de todos nuestros alimentos.

El cambio climático ya es una completa realidad. A pesar de que lo apreciamos como un problema muy lejano, algunos hechos como el simple deshielo de los Polos son pruebas más que concluyentes de que se avecina un desastre natural de proporciones mayúsculas.

Uno de los problemas con los que nos encontraremos si la temperatura continúa aumentando es básico: la sequía y el calor dañará los cultivo y con ello tendremos una alimentación muy precaria.

Tal y como predijo en este caso 'Wall-E', lo cual da para pensar, los humanos del futuro (en concreto el año 2100) serán personas completamente obesas con una dieta que pecará de exceso de calorías y carbohidratos, pero sin las vitaminas ni los minerales esenciales.

El futuro de la especie humana no es muy halagüeño
"El futuro de la especie humana no es muy halagüeño"

Es decir, estaremos gordos y a la vez desnutridos, lo que fomentará el desarrollo de múltiples enfermedades que podríamos haber evitado con actos tan sencillos como dejar de utilizar el coche.

Junto a los problemas para que progresen los cultivos, los que sobrevivan tendrán también otra serie de condiciones que los adulterarán. En un vídeo publicado por la NASA en redes sociales, se ofrece la clave:

El aumento de CO2 alterará las proporciones de macronutrientes de cualquier cultivo: incrementarán los carbohidratos (almidones y azúcares) y al mismo tiempo se reducirá el contenido de proteínas. Todo ello tendrá efectos muy perjudiciales para la salud del metabolismo humano y para la masa corporal

Es decir, todos lo que cultivásemos sería tan dañino como un alimento procesado, lo que reduciría de manera destacable la esperanza de vida de la población, algo impensable cuando ya nos planteábamos seriamente la posibilidad de vivir por encima de los 120 años.

El problema es grave, ya que la persona puede padecer desnutriciones severas pero no contar con un diagnóstico debido a su aspecto orondo. El problema, sin embargo, es igual de traumático que si se mantuviese con un peso menor e incluye daños en el metabolismo, en el sistema inmune, el desarrollo cognitivo y físico y particularmente en los niños.

Además, la deficiente alimentación provocará que las personas vean agravadas sus enfermedades, en muchos casos inevitables (por ejemplo, por ser hereditarias), lo que provocará también un colapso del sistema sanitario, que verá problemas a la hora de atender a tantos pacientes.

Un problema que quizás no vivirá el que lee estas líneas, pero sí su propia descendencia. Y que se puede evitar con algunos gestos muy básicos como consumir menos alimentos envasados, reciclar o utilizar menos el coche. Cualquier gesto contribuye a no destruir nuestra casa y a no malograr la vida de nuestros descendientes.

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