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Nueva York pone coto a Airbnb para intentar bajar el precio de los alquileres

La ciudad continúa el camino de Filadelfia, Dallas o Nueva Orleans: solo podrá alquilarse a corto plazo si el propietario vive en la vivienda.

Nueva York pone coto a Airbnb para intentar bajar el precio de los alquileres

La ciudad de Nueva York empieza a tomar medidas para reducir el precio de los alquileres tras una subida que ha supuesto un problema para sus habitantes. Esta medida consiste en las limitaciones a la empresa Airbnb, a la que ha restringido los alquileres de menos de un mes de duración.

Miles de anuncios de apartamentos en Nueva York están desapareciendo de Airbnb. Y es que a partir del 5 de septiembre, las autoridades empezarán a hacer cumplir las normas de los alquileres a corto plazo de forma más notable que nunca. Esta normativa consiste en la prohibición de las estancias por menos de un mes de duración, lo que supone la cancelación de los alquileres de corta duración, que son la base del alquiler turístico. Estos alquileres solo serán permitidos si el propietario de la vivienda convive con las personas que paguen el alquiler.

Además, la Ley local 18 de la ciudad se aprobó en junio de 2023 y obliga a los anfitriones a registrar sus viviendas en la Oficina de Ejecución Especial de la alcaldía de Nueva York para alquilar. Las sanciones civiles pueden llegar hasta los 5.000 dólares por infracción. La empresa Airbnb ha calificado los procesos de registro como "laberintos para los alquileres a corto plazo" y como "una prohibición de facto a los alquileres a corto plazo". La nueva ley también obliga a los propietarios a facilitar todo el espacio de la vivienda a los inquilinos y limita el número de personas que paguen el alquiler a solo dos, lo que limita también el alquiler de habitaciones.

Objetivos de la ley

Esta iniciativa tiene como objetivo limitar los alquileres a corto plazo, es decir, los alquileres turísticos, para frenar la escalada de precios de los alquileres. EL propio Airbnb declara en el Wall Street Journal que las nuevas medidas suponen "un veto" al alquiler a corto plazo.

El director de políticas globales de la empresa, Theo Yedinsky, asegura que "la ciudad está enviando un mensaje claro a millones de visitantes potenciales que ahora tendrán menos opciones de alojamiento cuando visiten la ciudad de Nueva York: no son bienvenidos". Este problema se suma al retraso en la concesión de permisos por la falta de personal en la administración municipal.

Esto viene porque la ciudad, al igual que el resto de Europa, está sufriendo una crisis de vivienda, en gran medida por los alquileres turísticos. El precio de la vivienda sube, por lo que los residentes se ven obligados a vivir en las afueras a un precio más asequible. Este problema lleva existiendo muchos años. El ayuntamiento de la ciudad calcula que existen unos 10.800 alquileres ilegales de corta duración en todo Nueva York, y este es uno de los principales objetivos de la regulación.

Esta nueva ley prohibirá a las plataformas de reservas procesar pagos por transacciones no registradas, por lo que afecta no solo a Airbnb, sino también a otras plataformas. Nueva York no es la primera ciudad estadounidense en limitar estos alquileres, también lo están haciendo otras como Dallas o Philadelphia. Además, Nueva York no es la primera en hacerlo, sino que otras ciudades como Tokio o París también han aplicado regulaciones respecto a los alquileres.

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