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La dura vida de las devdasi, las niñas indias vendidas a la prostitución

Las devdasi son niñas indias vendidas por sus familias para dedicarse a la prostitución, sufriendo explotación infantil y trata.

La dura vida de las devdasi, las niñas indias vendidas a la prostitución

Las devdasi son niñas que desde pequeñas son obligadas por sus propias familias a dedicarse a la prostitución. Suelen pertenecer a familias de "intocables", que son aquellos que no pueden optar a trabajos dignos y que aspiran a aquello que nadie quiere, con un sueldo insuficiente para mantenerse.

Se conoce a las devdasi por ser esclavas de la diosa Yellamma, la diosa de la fertilidad. Anteriormente constituían figuras con poder ritualístico que eran valoradas socialmente, pero hoy en día no queda nada de aquel significado.

Hoy hay gente de las aldeas que piensa que acostarse con una devdasi es una práctica religiosa. Las mujeres obligadas a estar en este mundo mantienen relaciones con hombres de casta alta, que se consideran más cercanos a la divinidad.

La ley prohibió estas "prostitutas sagradas" a finales de 1998, pero todavía es algo habitual en familias pobres. Para ahondar más en la situación que sufren estas chicas, El Mundo habló con Laxmi, una de las "prostitutas sagradas" de la India. 

Arrebatan su infancia y condicionan sus vidas

Laxmi adelanta que a sus 11 años le organizaron una puja, una ceremonia religiosa típica. En aquella fiesta estaba repleta de atuendos y fue el centro de atención. 

Cuando terminó me llevaron a casa de la gharwali, la señora que se encarga del burdel. Tuve miedo, no quería que nadie me tocase y escapé. Y pasé fuera toda la noche. A la mañana siguiente volví a mi casa, pensando que me iban a pegar, pero cuando llegué se mostraron muy amables conmigo. Me tranquilizaron, me acariciaron y me llevaron a una habitación. Todo estaba oscuro. Había un hombre allí dentro. Y cerraron la puerta con un candado

Su madre le obligaba diciendo que su padre bebía y mientras no tenían nada para comer, que alguien tendría que ayudar a la familia.

Laxmi admite que finalmente se rindió. Se refugió pensando que al menos su hermana podría casarse, porque es otra cosa que se les prohíbe a las devdasi. Como su cuerpo es sagrado, ningún mortal puede poseerlo en matrimonio. Finalmente, su hermana también fue expuesta a la diosa. "Hoy es una mujer alcoholizada y destruida por dentro. Si no la hubiesen forzado a prostituirse no habría llegado a esa situación", lamenta.

La salvación

No obstante, gracias a la iniciativa de WeWorld, una asociación que ayuda a las devdasi y sus familias, Laxmi tiene trabajo en una lavandería y ha conseguido salir adelante. SwiftWash es el nombre de la lavandería que ha ayudado a gran cantidad de mujeres.

L., otra de las davdesi que consiguieron salir de esa situación, narra que ella fue ofrecida a la diosa antes de cumplir siquiera los 10 años. Dice que vivía en la aldea con su abuela, estudiaba y era feliz. Hasta que su madre pidió un préstamo de 15.000 rupias (190 euros) a la directora de un burdel y no tenía como devolverlo. Al no poder devolver esa cantidad, llamó a su hija alegando que estaba enferma, que fuera a verla. L. se negó porque estaba de exámenes, pero finalmente tuvo que ir. Su madre le contó que habían castigado a su tía y tenían que hacer una ceremonia para ella. Fue entonces cuando la convirtió en una devdasi.

Posteriormente, gente de la ONG Arz (aliada a WeWorld) consiguió sacarla de aquella situación. Ahora, admite que sigue sintiendo "mucha rabia" contra su madre, pero que por lo menos ahora la vida será mejor para sus hijos. 

También existen otras asociaciones como Manos Unidas, que está centrada en ayudar a que las niñas devdasis se sientan empoderadas, realizando cursos que las capaciten para ser capaces de obtener sus propios ingresos y abandonar el sistema.

Premio nacional al emprendimiento

Niñas devdasis en un curso de empoderamiento
"Niñas devdasis en un curso de empoderamiento"

Otra de las prostitutas sagradas que contó su experiencia es Bhimavva, que cuenta que tenía 14 años cuando hicieron aquella ceremonia, pero que hasta pasado un mes no ocurrió nada. Luego, la llevaron a una casa y la encerraron con un hombre

Dos años después ha sido liberada, ha aprendido a escribir, a organizar los turnos de la lavandería y a organizar los pedidos. También utiliza el ordenador. Hace unos meses, Bhimavva fue galardonada con un premio nacional al emprendimiento, y asegura que ha trabajado muy duro y ahora sabe que tiene una vida diferente a la que querían para ella.

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