El exvicepresident de la Generalitart, Oriol Junqueras, permanecerá en prisión provisional. La decisión unánimo de los jueces del Supremo argumenta que existe riesgo de reiteración delictiva en el caso de que Junqueras sea investido nuevamente en un cargo público.
El juez Pablo Llarena recibe, con esta decisión, el apoyo a su decisión de mantenerle en prisión por el riesgo de que vuelva a cometer los delitos que le imputan: rebelión sedición y malversación de caudales públicos.
La decisión ha sido adoptada por los tres magistrados de la Sala de Apelaciones del Supremo: Miguel Colmenero, Franciso Monterse y Alberto Jorge Barreiro. Lo han hecho tras escuchar los argumentos de Junqueras y su abogado a favor de la excarcelación. El líder de los republicanos llegó a asegurar que era "un hombre de paz".
Los magistrados también consideran que Junqueras y el exgovern mantienen una "ausencia de compromiso" con la "legalidad constitucional", y han señalado que "no se produjera por su parte ninguna renuncia al uso de vías ilegales para la defensa de su proyecto político". Una fórmula que sí emplearon otros pesos pesados del soberanismo, como la expresidenta del Parlament Carme Forcadell.
Incertidumbre política
La decisión también dificulta el regreso de Puigdemont, que vería cómo la Justicia le impone un largo período de prisión preventiva. Sin embargo, Junqueras sí puede ser investido president y acudir al Parlament gracias a los permisos que le brinden los funcionarios de Estremera.
Las voces que piden su investidura como nuevo president crecen en ERC, que están presionando a sus antiguos socios para que Puigdemont abandone su puesto como diputado. En el caso de que el expresident y los consellers fugados no asistan al pleno de investidura, el independentismo perdería la mayoría absoluta.
