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El jefe de los Tedax en el 11-M revela la "gran mentira" del Gobierno de Aznar

El Gobierno de Aznar le pidió que asumiera la farsa tras el peor atentado terrorista de España.

Juan Jesús Sánchez Manzano tiene 65 años y se jubiló hace unos meses. Fue el comisario principal y jefe de los Tedax (unidad de desactivación de explosivos) durante el 11 de marzo de 2004, cuando el yihadismo atacó España con el peor atentado terrorista de su historia, dejando 193 muertos y cerca de 2.000 heridos. Ahora, ha concedido una entrevista a El País en la que ha hablado sin tapujos para tratar de desmontar la "gran mentira" cultivada por el Gobierno de Aznar. 

Sánchez Manzano recuerda que a mediados de aquel mismo día 11 ya se había inspeccionado la furgoneta Kangoo que utilizaron los terroristas, y se habían incautado restos de detonantes. En esa misma afurgoneta también habían encontrado una cinta cassette que contenía cánticos del Corán en árabe. Fue en este momento cuando él se cercioró de que el atentado no tenía nada que ver con ETA.

Desde por la mañana ya existían sospechas de la autoría yihadista, cuando se encontraron las bolsas-bomba en la estación de El Pozo y en la de Atocha. La materia explosiva que contenían era blanca y no de color rojizo, que era la que ETA usaba normalmente, la muy sonada Titadyne. Junto a su superior inmediato, el comisiario general de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, comprobó que esos componentes no tenían nada que ver con los que ETA había utilizado con anterioridad. Con todos esos indicios, los comisarios empezaron a pensar en los islamistas.

Imagen de archivo del estado en que quedó uno de los vagones de la estación de Atocha tras el 11 M
"Imagen de archivo del estado en que quedó uno de los vagones de la estación de Atocha tras el 11 M"

A las 15:00 de ese mismo día, ya se comunicó a las autoridades policiales que se descartaba con total certeza la autoría de ETA. Aun así, un par de horas más tarde, el Gobierno de Aznar lanzó un telegrama a las embajadas y organismos internacionales en el que adjudicaba explícitamente la culpa del atentado a ETA. Y así lo comunicó Acebes a la opinión pública esa misma tarde. 

La gran mentira

Sánchez Manzano cree que, tal y como publicaron los medios, la mentira comenzó en Moncloa. "El 11 de marzo era jueves y el domingo había elecciones generales. Al parecer, uno de los asesores del presidente Aznar le dijo: 'Si ha sido ETA barremos, pero si son los yihadistas ganará el PSOE'". Fue a partir de este momento cuando empezaron los comunicados fraudulentos. 

Necesitarían un chivo expiatorio, y el más propicio era yo

A la una de la mañana, cuando el comisario volvía a casa después del día de trabajo, recibió un telegrama con la noticia de que se había encontrado otra bolsa con un artefacto explosivo en la Comisaria del Puente de Vallecas. En ese momento, él mismo empezó a pensar que se necesitaría a alguien que justificara ese telegrama y las comparecencias del ministro del Interior. "Necesitarían un chivo expiatorio, y el más propicio era yo". Cuando llegó a Puente de Vallecas, lo primero que hizo fue ordenar al jefe de sección que encargara al jefe de grupo de informes la elaboración de una memoria de todas las actuaciones y comunicados que emitiera la unidad. En esa memoria consta todo lo que se hizo y lo que se comunicó. "Esa memoria era nuestra salvaguarda", asegura. 

José María Aznar, acompañado por Javier Arenas y Ángel Acebes en el minuto de silencio tras el 11-M
"José María Aznar, acompañado por Javier Arenas y Ángel Acebes en el minuto de silencio tras el 11-M"

A pesar de todas las precauciones que él tomó, siempre le pidieron explicaciones. Sánchez comenta que días antes de que arrancara la Comisión de Investigación en el Congreso de los Diputados, a principios de julio, desde instancias superiores del Gobierno de Aznar le pidieron que "asumiera que los Tedax habían utilizado la palabra Titadyne como el explosivo usado en los atentados del 11-M". De esa manera el Gobierno podría justificar su error, pero "nunca fue así". 

En ese momento él se negó en rotundo a asumir esa cuestión, porque no quería permitir que se manchara el prestigio de los Tedax, y no podía quedar para la historia que habían confundido al Gobierno. Juan Jesús Sánchez Manzano asegura que la palabra Titadyne no salió de la boca de los Tedax, porque desde primera hora de aquel 11 de marzo sabían que ese explosivo no podía producir los efectos observados en los trenes. 

Ahora que se ha jubilado, al comisario le gustaría que las víctimas del atentado supieran que "se trabajó con mucho esfuerzo y rigor. Ningún Tedax dio un paso atrás y contribuyeron a resolver la situación de forma ágil y eficaz. Lo lamentable fue que la Policía no pudiera evitar que el atentado se cometiera."

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