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Un hombre se queda sordo y ciego por trabajar demasiado

Un hombre argentino de 35 años era productor en una televisión y sufrió una meningitis aguda que le dejó ciego y sordo.

Un hombre se queda sordo y ciego por trabajar demasiado

Guido Fernández tenía una vida sin horarios, vivía con el teléfono pegado todo el día a la oreja, y solo iba de casa al trabajo y del trabajo a casa. "No desconectaba nunca la cabeza", ha contado el mismo en una entrevista a Infobae. Tiene 35 años y era productor en Telefé, una cadena de televisión argentina. 

Trabajaba en el programa 'Sábado Bus' cuando una mañana se despertó con dolor de oídos. No le dio mucha importancia y acudió al trabajo como siempre. Aquel día le tocaba grabar en la calle y "hacía un frío terrible", asegura. Tras esto el médico le diagnosticó otitis, pero él no cesó su ritmo de vida, hasta que una noche su mujer lo encontró en la cama convulsionando, estaba inconsciente y se había orinado encima. 

De estrés a una meningitis

El hombre quedó ciego y sordo tras sufrir una meningitos fruto del estrés
"El hombre quedó ciego y sordo tras sufrir una meningitos fruto del estrés"

Su preocupación aumentó y los médicos le hicieron más pruebas, tras las que barajaron varios diagnósticos, entre ellos un accidente cerebrovascular o VIH. Definitivamente supieron que lo que sufría Guido Fernández era una meningitis aguda, por la que tenía el cerebro inflamado. 

En este momento los médicos no tuvieron mucha esperanza de que se recuperara, pero después de pasar un mes en coma, el argentino se despertó. Cuando lo hizo, corroboraron que no veía ni oída nada. Al haberse quedado completamente ciego y sordo, se sometió a rehabilitación y le colocaron implantes cocleares en ambos oídos. Los esfuerzos surtieron efecto y Guido consiguió recuperar la audición en un oído, volvió a caminar y recobró el 20% de visión en un ojo. 

Una lección de vida

Según recoge Antena 3, el productor reconoce que esta lección de vida le ha ayudado a reencontrarse consigo mismo y a apreciar lo que tiene a su alrededor, más allá del trabajo. Ahora prefiere disfrutar de la compañía de su familia, su mujer Georgiana y sus dos hijos pequeños: Benicio, de tres años, y Esmeralda, de cuatro meses.

En 2015, Guido escribió su primer libro 'Abrir los ojos' y lo presentó ante cientos de personas. De allí se abrió un nuevo camino y ahora da charlas motivacionales, para ayudar a otras personas que se encuentren en la misma situación que él, y para advertir sobre el peligro de acumular estrés y no liberarse de vez en cuando de carga de trabajo.

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