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Ciencia

La ciencia demuestra que la Ouija es un engaño provocado por nuestro cerebro

Nuestro cerebro predice las letras para formar las palabras construyendo de manera inconsciente las respuestas.

El cine ha utilizado la tabla de Ouija para contar historias de terror por las que luego nos cuesta conciliar el sueño. Desde la mítica 'El Exorcista' pasando por varias versiones de la película homónima de este juego hasta llegar a 'Verónica', la película española que cuenta cómo una niña del barrio de Vallecas es perseguida por espíritus después de jugar con ella. Se supone que ambas películas están basadas en hechos reales, pero si esto se lo decimos a ciertos científicos, pensarían que nos estamos riendo de ellos. 

El porqué está en un estudio que han realizado sobre este tablero de espiritismo, como lo denomina la Iglesia Católica, un grupo de científicos encabezados por Marc Andersen, investigador postdoctoral de la Universidad de Aarchaus (Dinamarca). Su equipo juntó a 40 personas, entre ellas escépticos y creyentes, para que jugasen a la Ouija mientras llevaban puesto un dispositivo de seguimiento ocular. De esta manera descubrieron que cuando el vaso se movía o lo movían, como queráis, los ojos se desplazaban de manera inconsciente hacia otras letras para formar palabras. 

Es decir, que según este estudio denominado 'Mentes predictivas' la ouija es un engaño porque somos nosotros quienes movemos el vaso de un lado hacia otro de manera predictiva. Y diréis, sí claro todos al mismo sitio. Pues resulta que sí, porque a través de este estudio han descubierto que nuestro cerebro siente pasión por la predicción y por la la pérdida del sentido de agencia, sensación de estar ejecutando movimientos. 

"A la mente le gusta predecir e imponer una estructura sobre los eventos", explica Andersen que asegura que "mientras que las primeras letras de una respuesta significativa de la tabla Ouija parecen ocurrir al azar, las opciones de palabras disponibles para el participante disminuyen a medida que se desarrolla la respuesta de la tabla Ouija. Eso, a su vez, facilita que una parte de los participantes prediga y construya inconscientemente las respuestas". Una vez terminaron el experimento, preguntaron a los participantes sobre sus sensaciones y los no creyentes aseguran que experimentaron un mayor sentido de agencia durante la sesión. Es decir, que además si creemos en los espíritus o somos religiosos, nos creemos más este juego. 

Jugar con los ojos vendados

Antes de este estudio hubo otro denominado Bayou, en referencia al profesor de secundaria que lo llevó a cabo, Larry Bayou. Este estaba seguro de que el vaso era movido, de manera incosciente o no, por los participantes y trató de demostrar que estaba en lo cierto, así que se le ocurrió vendar los ojos a las personas que fuesen a jugar a la Ouija. 

Él observaba mientras el pequeño grupo jugaba y tras varias horas vio cómo estos no formaron ni una sola palabra con sentido. Así que según él, demostró que el vaso es movido por las personas que participan. Sin embargo, no se atrevió a hablar de fraude, sino que llegó a decir que quizá en una sesión normal, sin tener los ojos tapados, podría haber alguna influencia externa que hiciera mover el vaso de forma no voluntaria a los participantes y formasen palabras con sentido. Aunque parece ser que no, que los fantasmas pasan de nosotros. 

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