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España también juega a la ruleta rusa sexual del SIDA

El peligroso juego consiste en realizar una orgía en la que una persona tiene el virus y se tienen prácticas sexuales sin protección.

La desinformación o la poca conciencia con la salud pública lleva a algunos a cometer auténticas barbaridades. La ruleta rusa sexual es un juego que consiste en tener prácticas sexuales en grupo sabiendo que una de las personas tiene el virus del SIDA y que hay una alta probabilidad de que lo contraigas.

Este movimiento se inició en los años 90 en Estados Unidos. Generalmente se realiza entre personas homosexuales, sin embargo, también hay casos de heterosexuales y bisexuales. Madrid es la segunda ciudad europea donde más han aumentado los diagnósticos de VIH en hombres que tienen sexo con hombres, solo por detrás de Londres.

Un invitado infectado

El riesgo real de esta práctica se produce cuando la persona desconoce que está infectado por el virus
"El riesgo real de esta práctica se produce cuando la persona desconoce que está infectado por el virus"

El juego parece tan sencillo como arriesgado. Un grupo de personas organiza una orgía y uno de los invitados tiene el SIDA. A continuación, se disponen a practicar sexo entre todos a sabiendas de que alguien puede transmitirles esta enfermedad. Recientemente, se han dado varios casos en diferentes ciudades de España. Madrid, Barcelona o Valencia son los focos en los que se concentran este tipo de situaciones.

Un informe médico del Hospital Clinic de Barcelona y testimonios de diferentes participantes de estos "juegos" han corroborado el repunte de estas prácticas sexuales en el país. Los médicos alucinan cuando acuden a los centros y las personas infectadas relatan lo sucedido. En su mayoría creen que una vez infectados podrán tratarse fácilmente y no tendrán que utilizar preservativo nunca más. Sin embargo, esta actitud muestra un desconocimiento total sobre el virus y, además, no solo afecta a la salud de una persona determinada sino que lo convierte en un verdadero problema de salud pública.

La plataforma Apoyo Positivo asegura que el nivel de información y de concienciación en España sobre las enfermedades de transmisión sexual (ETS) es muy bajo. Tanto es así que desde 2005 han aumentado los casos de VIH positivo y el país se encuentra por encima de la media europea: 9,4 casos por cada 100.000 habitantes frente a los 5,8 del resto de Europa. Madrid es la segunda ciudad europea donde más se ha registrado este aumento, solo por detrás de Londres. 

La organización en defensa de una educación sexual efectiva asegura que el riesgo real en la ruleta rusa sexual se produce cuando la persona que tiene el virus desconoce el estatus serológico en el que se encuentra y no está tratándose. Normalmente, una persona diagnosticada sigue un tratamiento antirretroviral y tiene una alta probabilidad de reducir la carga del virus hasta convertirla en indetectable, esto es, no se transmite pese a que tenga prácticas de riesgo.

Asimismo, advierten que presuponer que no se está enfermo y no realizarse las oportunas pruebas es el gran problema al que se enfrentan aquellas personas que dicen "jugar", siendo la verdadera ruleta rusa.

El 'chemsex', un problema de salud pública

Barcelona pondrá en marcha un plan de prevención para reducir los riesgos de estas prácticas
"Barcelona pondrá en marcha un plan de prevención para reducir los riesgos de estas prácticas"

Otro de los importantes riesgos sexuales y que se asocian con el colectivo homosexual, -aunque no solo lo realizan los gays-, es el 'chemsex', una práctica consistente en organizar grandes sesiones de sexo en grupo, como en el juego de la ruleta rusa. Sin embargo, en esta ocasión, se consumen todo tipo de estupefacientes y drogas para aguantar más tiempo. A veces, pueden durar horas e incluso días.

Las consecuencias para sus participantes son igual de nefastas que el juego de la ruleta: en muchas ocasiones se prescinde del preservativo. En el "mejor -de entre los peores- de los casos", los efectos para los integrantes alcanzan su vida personal y profesional fruto de los efectos emocionales y físicos de las sustancias consumidas.

Recientemente, Barcelona ha incorporado esta práctica por primera vez como un problema de salud pública. El Plan de Drogas del Ayuntamiento de la ciudad condal ha decidido atender a este fenómeno tras llegar a atender 193 casos de consumo de drogas durante el sexo solo el año pasado. 

Pese a considerarse una práctica residual, los riesgos para el Consistorio son evidentes: propagación de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y dependencia a sustancias, lo que se traduce en un problema sanitario derivado de la poca información que ofrecen las instituciones sobre los riesgos de estas prácticas y la inacción de las autoridades.

El plan del Ayuntamiento de Barcelona incluye una estrategia para desplegar a corto plazo programas de prevención y tratamiento por el uso de sustancias durante las prácticas sexuales que dejan a los participantes en un estado semiinconsciente reduciendo la percepción de riesgo.

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