La situación empresarial frente al panorama político actual podría desestabilizarse si el gobierno de España no se conforma antes de octubre. Así lo ha estimado el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, quien se muestra prudente ante por las posibles penalizaciones ante la inestabilidad política del momento.
Garamendi, que impartió un seminario sobre la situación de las finanzas y el futuro de la economía en España en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander y la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie), considera que los españoles han votado "moderadamente" y que ahora toca encontrar la estabilidad, una busqueda que solo llegaría a su fin de forma efectiva, con la constitución del gobierno del país.
El vizcaíno habló en nombre de todas las empresas y se atrevió a afirmar que la situación económica en torno a este sector no es del todo crítica y no debería ir a peor si "el Gobierno se conformara antes de octubre".
La confederación de empresas asegura que aceptará cualquier decisión del gobierno, pero bien espera que Sánchez logre pactar con el partido de Albert Rivera, aunque también se decantaría por un mandato de un único partido, el PSOE. El directivo de la CEOE reconoce lo siguiente:
Si me preguntan en nombre de los empresarios españoles, pensamos que queremos estabilidad con un Gobierno monocolor o de dos partidos estables
¿Cuál es la situación actual? Garamendi, "aburrido"
Garamendi hace balanza de la actual situación y opina que los empresarios españoles están "aburridos" de lo mucho que se ha alargado la campaña política por el gobierno de España y espera que la coyuntura se normalice y vuelva a su ser lo antes posible.
Durante el seminario, el vasco no ha dudado en hacer referencia a los "muchos reales decretos" de dudosa calidad que han sometido a las empresas en los últimos tiempos, algo que ha obstaculizado a muchas de ellas por no haber consultado a los agentes sociales correctos, ya que muchas del las medidas adoptadas no son consideradas como útiles en este momento.
El "drama" que viven las empresas españolas ha venido promovido por la salida de 5.000 de ellas hacia otras comunidades autónomas como Cataluña, pero dejará de ser un problema para la CEOE cuando el gobierno asuma su función de mediador al asumir el poder y estar al frente de las circunstancias.
Sin embargo, Garimendi opina que los empresarios catalanes no tienen la culpa de esto y apunta a que a su vuelta, las empresas serán demandadas, un precio que tendrán que pagar en la nueva búsqueda de la estabilidad que reclaman.
