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Ciencia

Dime en qué parte de España vives y te diré qué cáncer padecerás: el efecto del metal en el suelo

Los autores de la investigación han relacionado información del tipo de suelo con la distribución geográfica de los tumores.

El riesgo de morir por cáncer no es el mismo en toda la geografía española. Hay muchos factores que pueden influir. Incluso el tipo de suelo, que puede albergar metales pesados y semimetales carcinógenos para los seres humanos. La exposición crónica de una población a estos elementos tóxicos, que entran en el organismo a través de la cadena trófica, podría aumentar la frecuencia de determinados tumores en algunos territorios. Y no olvidemos la alimentación, fundamental a la hora de desarrollar este tipo de problemas de salud.

El tipo de suelo, que puede albergar metales pesados y semimetales carcinógenos para los seres humanos, puede causar la aparición del cáncer
"El tipo de suelo, que puede albergar metales pesados y semimetales carcinógenos para los seres humanos, puede causar la aparición del cáncer"

Los investigadores del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) han estudiado la posible asociación estadística entre las concentraciones de metales pesados del suelo y la mortalidad por los diferentes tipos de cáncer. Estos resultados se han publicado en las revistas de acceso abierto 'Environmental Geochemistry and Health' y 'Evironmental Science and Pollution Research International'.

Si nos centramos en nuestro país, contamos con el 'Atlas Geoquímico de España', publicado por el IGME en 2012, y con una base de datos con las 861.440 defunciones por 27 tipos de cáncer que ocurrieron en los casi 8.000 municipios españoles durante nueve años, entre 1999 y 2008.  Aunque han pasado diez años de ese último registro, los datos aún se pueden extrapolar a la actualidad porque la composición geoquímica del suelo es estable y los patrones de mortalidad por esta enfermedad no suelen variar.

Los autores de la investigación han relacionado información del tipo de suelo con la distribución geográfica de los tumores, aplicando análisis estadísticos y teniendo en cuenta la presencia de focos contaminantes locales o variables de tipo sociodemográfico que pudieran interferir en los resultados.

Con la relación y los análisis se ha llegado a diversas asociaciones como, por ejemplo, que hay una mortalidad más elevada en ambos sexos por cáncer de esófago en zonas con mayores concentraciones de plomo (los litorales de Galicia, la Vertiente Cantábrica, Cataluña, Murcia, Almería y Huelva; así como el este y sur de Castilla-La Mancha y Madrid). Asimismo, la mortalidad del cáncer de pulmón incide en áreas donde hay niveles altos de cobre.

Hay una mortalidad más elevada en ambos sexos por cáncer de esófago en zonas con mayores concentraciones de plomo
"Hay una mortalidad más elevada en ambos sexos por cáncer de esófago en zonas con mayores concentraciones de plomo"

"También hemos detectado que las mayores concentraciones en suelo de cadmio, plomo, zinc, manganeso y cobre (centro y este de la Península, por un lado; mitad norte y Albacete, Valencia, Alicante y Murcia por el otro) se asocian estadísticamente con una mayor mortalidad por cánceres del sistema digestivo en hombres", explica Pablo Fernández, investigador del ISCIII y coautor del trabajo. "En caso de las mujeres, se da una mayor mortalidad por cáncer de encéfalo en aquellas zonas con más contenido en cadmio".

Los resultados también muestran una relación entre suelos con más cadmio y mayor mortalidad por cáncer de vejiga. Respecto a los terrenos con concentraciones elevadas de arsénico (Oeste y sur de Galicia, sur de Cantabria, norte de Castilla y León, País Vasco, Castellón, Salamanca, Cáceres y Almería) hay más casos de fallecimiento por tumores cerebrales.

"Esta investigación sugiere que la composición geoquímica del suelo, en especial sus metales, podrían estar influyendo en la distribución espacial y los patrones de mortalidad del cáncer en España, independientemente del contexto sociodemográfico", apunta Fernández, quien resalta "la gran contribución de este trabajo a la epidemiología ambiental y la salud pública en general".

Precaución con los resultados

"No obstante, aunque es plausible que los contenidos de elementos tóxicos del suelo, aunque sean unos niveles muy pequeños, puedan suponer un componente más en la etiología del cáncer, hay que interpretar los resultados con mucha cautela, ya que las relaciones encontradas no permiten concluir que exista una relación causa-efecto. Nuestro estudio no dispone de datos de exposición individuales ni información sobre otros factores muy importantes en el origen del cáncer, como es el caso del tabaco, el consumo de alcohol o la obesidad" concluye Fernández.

Gonzalo López-Abente, otro de los coautores y también investigador del ISCIII, coincide con Fernández: "Las conclusiones se mueven en el campo de las hipótesis y de las asociaciones estadísticas, que tendrán que ser confirmadas con futuros análisis para comprobar si la propia composición del suelo tiene su correlato en los marcadores biológicos de los humanos. En cualquier caso, los resultados son plausibles y podríamos estar frente a un componente más de la etiología del cáncer".

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