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Digisexuales: personas enamoradas de sus robots

La tecnología comienza a abarcar espacios tan humanos como los sentimientos.

Parece que la era digital al final va a desembocar en algo propio de un capítulo de 'Black Mirror'. Cuando ya hablamos de realidad virtual, inteligencia artificial y robots como actores de nuestra propia vida, el aspecto sentimental no iba a quedarse a parte. Las relaciones interpersonales se encuentran a la baja mientras que las persona-máquina encuentran cada vez más adeptos decepcionados con las personas de carne y hueso.

El término 'digisexualidad' ha sido escogido por Neil McArthur y Markie Twist, doctores en filosofía y relaciones humanas en la Universidad de Wisconsin para una investigación que no para de ganar notoriedad. En él, se habla de cómo estamos atravesando la "primera ola", la del Tinder, el sexting y los juguetes sexuales conectables por USB, con rumbo a la "segunda ola", que dará comienzo a las relaciones profundas con juguetes con Inteligencia Artificial (IA) y citas en realidad aumentada. Esencialmente, una nueva madurez del medio aplicada a la vida humana.

Akihiko Hondo, casado con el holograma de una estrella del pop virtual
"Akihiko Hondo, casado con el holograma de una estrella del pop virtual"

Ya hemos contado historias como la de un hombre japonés que contrajo matrimonio con el holograma de Hatsune Miku, la cual asegura que ama; o una mujer que decidió casarse con una estación de tren con la cual cuenta que mantiene "sexo mental". Y es que los humanos tendemos al antropomorfismo, de la misma manera que tratamos a nuestras mascotas como humanos, estamos empezando a hacerlo con inteligencias artificiales.

Harmony, la primera muñeca sexual con inteligencia artificial

La compañía tecnológica Realbotix, ha sido la que más lejos ha llevado el desarrollo de muñecas sexuales inteligentes. Harmony, a parte de estar creada por y para la satisfacción del hombre medio heterosexual, con su copa D de pecho incluída, puede mover la cabeza, pestañear e incluso hablar al más puro estilo Loquendo.

Uno de sus primeros usuarios cuenta su experiencia en un hilo de Reddit: "Es lo más parecido que hay a un humano. La coloco en la misma posición en la que estaba mi ex cuando nos acurrucábamos (soy patético, lo sé). Pero honestamente, prefiero usarla como compañera de cuchara que como juguete sexual".

Aunque parece que el objetivo final de muchos desarrolladores sería programar robots para que sean capaces de sentir amor. Sin embargo, a nadie le termina de quedar claro como una máquina podría ser capaz de tener sentimientos y si lo fuera, lo poco ético que sería exponerlas deliberadamente al sufrimiento.

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