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En libertad tras abusar en Cádiz de un niño después de ser condenado a 25 años por hacerlo con otros 12 menores

El hombre ha quedado en libertad y sin medidas cautelares: era técnico del equipo de fútbol del menor y tenía recurrida la condena.

En libertad tras abusar en Cádiz de un niño después de ser condenado a 25 años por hacerlo con otros 12 menores

Redacción

01 Octubre 2021 18:55

La Guardia Civil ha detenido a Alejandro J.G.K., de 30 años de edad, en San Fernando (Cádiz) como presunto autor de los delitos de abuso sexual a menores y exhibicionismo. La detención, que ahora sale a la luz, se produjo el pasado 22 de septiembre, según publica El Español. Su víctima es un niño de 11 años, jugador del equipo San Fernando Club Deportivo.

El ahora detenido ya acumula otras dos sentencias condenatorias a 25 años de cárcel, la última de ellas ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en mayo del año pasado.

El TSJA consideró probado que había "embaucado" y abusado sexualmente de 12 de los 47 niños que tenía a su cargo como monitor de dormitorio de un campamento de verano en Ronda (Málaga). La condena a 25 años de prisión no es firme y la tiene apelada ante el Tribunal Supremo.

El acusado ha pasado ahora a disposición judicial, que ha dispuesto que quede en libertad con cargos y sin que hayan interpuesto medidas cautelares contra él. La Guardia Civil no tiene duda de que para ganarse la confianza de su víctima y mantener e intercambiar conversaciones contactó con él a través de Instagram "utilizando su posición en el equipo técnico del equipo de fútbol en el que la víctima jugaba".

La rapidez en denunciar, clave

La rapidez con la que la familia ha presentado la denuncia ha sido clave para poner a disposición judicial al detenido. Los padres del niño se personaron en las dependencias de la Guardia Civil de Chiclana de la Frontera (Cádiz) y relataron que su hijo de 11 años había caído en la red de un adulto con el que habría mantenido conversaciones de contenido sexual "llegando a intercambiarse fotografías íntimas a través de la red social".

Después de ganarse su confianza "y utilizando su posición dentro del equipo técnico del club", Alejandro J.G.K había ido llevando las conversaciones hacia temas de contenido íntimo y sexual. Una vez que el menor le remitió las primeras imágenes "procedió a coaccionarlo con la amenaza de revelar el contenido de sus conversaciones entre los contactos del menor si no seguía intercambiando ese tipo de imágenes".

Tras investigar, la Guardia Civil detuvo en su domicilio a Alejandro J.G.K., como supuesto autor de los delitos de exhibicionismo y abusos sexuales a menores. En su casa, un bloque de viviendas de la Barriada de Carlos II, los agentes efectuaron un registro incautando numeroso material para analizar.

Entre los efectos personales, figura un teléfono móvil de usar y tirar que mantenía escondido. Además, se llevaron tres terminales con conexión a internet, un ordenador y numerosos discos duros. La Guardia Civil no descarta que puedan aparecer más víctimas.

Por su parte, el San Fernando Club Deportivo ha cesado al acusado de todas sus funciones. Hasta que no haya sentencia firme, el acusado mantiene su presunción de inocencia y por tanto no figura en el Registro Central de Delincuentes Sexuales pudiendo acceder a menores de edad en su labor profesional.

Antecedentes

El hombre cuenta con antecedentes por abusos sexuales de menores, aunque no a través de las redes sociales. El 6 de mayo de 2020, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ratificó una sentencia en primera instancia por un juzgado de Almería, que le condenó a 25 años de prisión.

La pena fue un sumatorio de condenas individuales por "abusar y embaucar" a 12 menores de entre 11 y 17 años que participaban en un campamento de verano en Ronda (Málaga) donde Alejandro trabajó como monitor de dormitorio en el verano de 2016.

Se le consideró autor de seis delitos de embaucamiento, ocho de difusión pornográfica a menores de edad, tres delitos de elaboración de material pornográfico infantil agravados y un delito de exhibicionismo.

Los vídeos que mostraba a los menores eran de elaboración propia, según la Guardia Civil. Además, en el campamento utilizó a tres de los menores a su cargo para grabar nuevos vídeos, algo que le acarreó cinco años de prisión por cada menor.

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