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Custodia compartida, muerte de Rocío Jurado y la semilla del mal: nueva era para Rocío Carrasco

La hija de La Más Grande ha narrado el duro momento de su vida en el que todo cambió a partir de la muerte de su madre.

Custodia compartida, muerte de Rocío Jurado y la semilla del mal: nueva era para Rocío Carrasco

En el quinto programa de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', estrenado el pasado 14 de abril, la protagonista de esta historia de violencia machista y acoso mediático narra la época de la tramitación de la custodia compartida y, finalmente, la enfermedad y muerte de su madre, Rocío Jurado.

En medio de todo ello, su exmarido Antonio David Flores (AD) siguió aprovechando para humillar y tildar de mala madre a Rocío Carrasco en las televisiones, que se mostraban abiertas a darle ese hueco donde anular y atacar a la víctima. Una vez más, el programa de La fábrica de la tele vuelve a ser líder de audiencias de los miércoles, con un 25,3% de share y una media de 2.170.000 espectadores.

Antes del arranque de este episodio de la docuserie, Rocío Carrasco entró en directo en una llamada telefónica para anunciar que la siguiente semana no habrá otro capítulo. Este pequeño parón será porque en el sexto programa será ella quien esté en el plató para resolver todas las dudas y mentiras que han surgido.

Hasta que eso llegue, os traemos como cada semana algunas de las declaraciones más relevantes de la última entrega del programa.

1 Antonio David tarda 6 meses en firmar el convenio de custodia compartida

La tramitación del convenio de la custodia compartida fue un largo proceso que se prolongó a voluntad de AD. Según narra Rocío Carrasco, sus hijos claramente querían estar con su padre porque ella se encargaba de que así fuese, intentando no manchar su imagen para beneficio de los niños. A pesar de ello, su exmarido estuvo tiempo yendo a platós, alegando que Carrasco no le dejaba ver a sus hijos.

Esto sucedía a la vez que Rociito estaba esperando a que Antonio David firmase el convenio de custodia compartida, con un reparto quincenal de sus hijos. A pesar de que su objetivo era que por fin terminase el machaque que sufría, AD continuó humillándola y tardó la friolera de seis meses en firmar este convenio. Rocío sí que le dejaba ver a sus hijos. De hecho fue ella quien aceptó hacer la custodia compartida, no un juez, como así ha dicho siempre AD en diferentes televisiones.

Después de seis meses de 'Crónicas marcianas' desacreditando a Rociito, ella terminó llamando a Javier Sardá para decirle la verdad. Tras esta exposición de la constante mentira del "padre impío", terminó firmando. A buenas horas.

2 El mal ejercicio periodístico de Lydia Lozano

El convenio de custodia compartida tenía una cláusula de confidencialidad, por la cual se alegaba que ambas partes debían "guardar absoluto silencio y total discreción en relación con el contenido" para evitar que "ningún tercero se inmiscuya en sus vidas privadas ni en las de sus hijos". Tres días después de firmar la cláusula, Antonio David se la saltó.

En la revista Sorpresa se publica un artículo titulado 'Qué hay detrás del contrato de Rociito y Antonio David', firmado por Lydia Lozano. "En esta revista, cuenta todo lo que ha contado él [...] A los niños no los ha querido tener, los ha querido pedir y ha querido ganar dinero pidiéndolos", denuncia la víctima. El artículo está lleno de mentiras y, según confirma Rociito, "Lydia Lozano sabe perfectamente que el convenio que ella está narrando en esta revista no es cierto".

Rocío Carrasco asegura que Lydia Lozano sabe que AD no tuvo que renunciar a nada, sino todo lo contrario. A su defensa, Lydia Lozano se excusa diciendo que eran otros tiempos, no contrastó la información y que la velocidad por tener la exclusiva primaba. En las redes sociales muchas personas han expuesto que hasta qué punto es moral hundir a una persona por tener la exclusiva. Más tarde, en el programa, Carrasco dice que se arrepiente de haber firmado el convenio porque todo eran malas noticias.

3 La verdad sobre Rochipin

Rochipin es una sociedad que crearon Rocío Carrasco y Antonio David durante su matrimonio para reunir el dinero que sacaban de las exclusivas. Esto tuvo que tratarse también cuando se divorciaron y Antonio David aseguraba que tuvo que renunciar a todo lo que pertenecía de Rochipin para que Rocío Carrasco aceptase la custodia compartida. En otras palabras, acusó a su exmujer de vender a sus hijos.

En cambio, y a pesar de que Lydia Lozano ya había publicado sobre esto sin contrastar, Rociito da más pruebas de que todo esto era una farsa. Enseña que en el convenio no había nada escrito sobre quedarse con las ganancias de Rochipin a cambio de sus hijos. Además, en esta sociedad tan solo quedaba un coche que se quedó AD y una casa que también se quedó el "padre impío". No había dinero. Esto fue otra mentira reproducida en los platós.

4 Los niños no tenían normas en casa de Antonio David

Los hijos de Rocío Carrasco disfrutaban tanto con su padre porque estar quince días en su casa suponía no tener normas durante dos semanas. "Yo empiezo a notar que los niños vienen muy cansados, especialmente David", expone la hija de la artista, diciendo que le costaba volver a su rutina y que cuando llegaba el lunes, se metía en la cama y se quedaba durmiendo hasta el día siguiente.

"Venían de no tener un horario a la hora de acostarse, de estar rodeados de gente mayor, de poder hacer lo que les diera la gana", explica Carrasco, quien además alega que Flores le brindaba todos los caprichos a sus hijos. Todo esto que ocurría en casa de AD es algo totalmente desaconsejado a la hora de criar a unos niños.

5 La homofobia de Antonio David hacia su hijo

En 2004, en el plató de 'Día a Día', AD asegura lo bien que están sus hijos a pesar de la enfermedad de su abuela. En el programa, Flores y la presentadora, Carolina Ferre, bromean sobre si el niño canta como su abuela o como Ortega Cano. En lo que parece una inocente conversación, aprovecha para dejar clara su homofobia.

"Lo ideal es que cante como la abuela porque lleva su sangre", expresa el padre de los niños. Posteriormente añade que lo malo de que se le peguen cosas de su abuela es que "muchas veces le veo con falditas". Rocío Carrasco se queda impactada porque "estas imágenes no las había visto, pero me parece muy fuerte". Añade que prefiere no decir nada más "porque se me pasan por la cabeza muchas cosas que no debo decir".

6 Platós y mentiras a costa de la enfermedad de Rocío Jurado

En el año 2004, Rocío Jurado fue diagnosticada de un cáncer de páncreas. Durante la enfermedad de Rocío Jurado, encontró un tratamiento en Houston, Estados Unidos. Durante este tiempo y los últimos días de la artista, a la cual acompañó en su casa, estuvo cuatro meses sin ver a sus hijos. Rocío prefería que no viesen a su abuela en el estado en el que se encontraba.

Mientras tanto, Antonio David aprovechó esta situación para seguir desacreditando y humillando a Rocío Carrasco, a quien nunca fue capaz de dejar en paz, ni siquiera mientras su madre estaba muriéndose.

Flores siguió haciendo su habitual gira por los platós, diciendo que "sus hijos llevan cincuenta días sin saber absolutamente nada de la madre", alegando que no les llamaba. Rociito aseguraba que hablaba con sus hijos prácticamente a diario, llamando al colegio por teléfono. Las redes sociales han apuntado lo reprochable de aprovechar esta situación para sacar rédito de ella.

7 AD intentó hacer maniobras para recibir herencia de Rocío Jurado

No solamente intentó beneficiarse yendo a los platós a hacer lo de siempre, sino que Antonio David intentó aprovechar la situación por la que estaba pasando su exmujer para sacar más beneficio. Mientras ella estaba en Houston con su madre, él presentó una demanda de modificación de medidas de la custodia, para elevarla a público para que quede constancia como un trámite judicial, no privado.

"Este ser la presenta en el momento en el que ya se sabe que mi madre está enferma", narra. "Lo que hace es aprovechar este momento de mi vida porque era impensable que Rocío Jurado fuese a fallecer y que a sus nietos no les iba a dejar nada en el testamento". Según explica Rocío, la intención de AD era que beneficiarse de alguna forma de la herencia que percibirían sus hijos, evitando perder la custodia compartida quincenal.

8 Rociito habla del peor día de su vida: la muerte de Rocío Jurado

El 1 de junio de 2006 se fue Rocío Jurado a causa de esta enfermedad. Para su hija este fue uno de los peores días de su vida, si no el peor, quien explica que se iba lo más importante que tenía, su madre. "Todo el mundo lloraba a la artista, pero yo lloraba a mi madre", dice entre lágrimas.

Acto seguido, Rocío Carrasco recuerda a su madre diciendo que "ella estaba orgullosa de mí y yo lo sé perfectamente, no hace falta que nadie me lo diga".

9 La muerte de Rocío Jurado fue el comienzo televisivo de muchos otros

Tras el fallecimiento de Rocío Jurado, su hija explica que en ese momento toda su familia se hundió y que esto se fue materializando conforme pasaron los días. Rociito cuenta que, aunque no quiera ofender o atacar a nadie, "el fin de alguien da paso al comienzo de muchos". Esto hace referencia a que a partir de la inminente muerte de la artista fueron varias las personas que se beneficiaron de ello haciendo sus primeras apariciones en televisión, entre ellos el ya archiconocido Antonio David.

Además de él, hubo personas del entorno como Raquel Mosquera, Amador Mohedano o Rosa Benito, quienes vieron una oportunidad en hablar de Carrasco, heredera universal de la artista después de que Rocío Jurado firmase el testamento justo después de desvelarle a los medios su enfermedad en una rueda de prensa.

10 Tras la muerte de su madre, supo que la semilla del mal ya había germinado en su hija

El episodio de esta docuserie termina con el momento en el que Rocío Carrasco sintió que todo había cambiado. Esto ocurrió cuando se reencontró con sus hijos. El pequeño de ellos la abrazó nada más verla, mientras que Rocío Flores, que por entonces tenía 9 años, lo primero que hizo fue preguntarle "¿ahora qué va a pasar con las casas de Miami?".

Ahí fue cuando Carrasco corroboró que "esa semilla del mal que yo siempre he dicho que habían implantado en ella había terminado germinando y estaba floreciendo". Ahí comenzó a llorar porque se le vinieron encima todas sus sospechas. Su hija vino con una lección impartida por su padre después de cuatro meses sin ver a su madre y del entierro de su abuela. "Me di cuenta que había un antes y un después en esa niña que la había parido yo, pero que parecía que no tenía nada de mí".

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