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27 cosas que nos pasan a los catalanes cuando viajamos por España

Aunque no lo parezca, los catalanes a veces viajamos por el resto del territorio nacional y nos pasan cosas extrañas, muy extrañas.

1 Que nos pongan tapa gratis (¡gratis!) cuando pedimos una caña nos hace sentirnos como si fuese la noche de Reyes

Homer comiendo donuts

En Cataluña estamos acostumbrados a que, cuando pedimos una cerveza en un bar, nos traigan exactamente eso: UNA CERVEZA. Sí, lo habéis oído bien. Ni unos tristes cacahuetes para acompañar, ni una mísera croqueta, ni cuatro lamentables patatas fritas de bolsa. Nada. Cerveza a palo seco. De hecho, cuando un catalán viaja por primera vez a, por ejemplo, Granada, podréis reconocerle fácilmente por sufrir convulsiones ante la primera tapa de ensaladilla rusa. Somos así, fáciles de contentar.

2 Creemos que no puede haber playas mejores que las de la Costa Brava...

Playa de Catalunya

Los catalanes amamos muy fuerte la Costa Brava (la Costa Daurada también, pero en ella no se han hecho anuncios de Estrella Damm) y raro es el catalán que en verano no proclama que se irá unos días a tal pueblito del Empordà a desconectar y a disfrutar de la brisa marina. Luego, al llegar, vemos que está todo lleno de franceses y de la misma gente que merodea por Barcelona (sólo que con mucha menos ropa, menos sentido del ridículo y las puntas más abiertas) pero, oye, ya nos hemos acostumbrado.

3 ...hasta que descubrimos playas como las de As Catedrais, en Ribadeo

Playa de fuera de Catalunya

O las playas cercanas al Cabo de Gata, o las de las Canarias y las Baleares, o las de la costa de Azahar, o las del Cantábrico, o las de las Cíes... ¡Será por playas, oiga! Ah, ¿que vives en una comunidad de interior? Pues tranquilo, que en seis horitas de nada te plantas en la arena. ¡Peor lo tienen los que viven en Suiza, que tienen que atravesar cordilleras para ver el mar!

4 Estamos acostumbrados a que la gente piense que somos tacaños

Mirada de Frank Underwood

Vale, en serio: basta ya. ¿Tacaños? ¡Venga ya! ¿Es que querernos ahorrar unos centimillos comprando la leche en el súper de dos calles más para allá es de ser agarrados? ¿Nos convierte dividir equitativamente las cuentas de los restaurantes (o incluso hacer complicadas operaciones algebraicas para que cada uno pague exactamente por lo que ha comido) en miembros de la cofradía de la Virgen del Puño? ¿Es, acaso, pecado mortal no dejar propina a no ser que hayamos recibido un trato digno de Kim Jong Un en cualquier cantina de Pyongyang? ¿Eh?

5 Y también a que se sorprendan cuando decimos "Deja, deja, que ya invito yo"

Mirada de desconcierto

Sí, a veces los catalanes pagamos las rondas. Pero os voy a contar un secreto: sólo lo hacemos cuando estamos fuera de nuestra tierra para que veáis que no somos tan tacaños como os creéis. Luego, en la soledad de nuestros aposentos, lloramos desconsolados después de haber hecho tal dispendio. ¡Con lo que cuesta ganar esos euros, oye!

6 No entendemos cómo puede la gente comer bocadillos que no sean de pa amb tomàquet...

Pan tumaca

Ahora en serio: ¿Bocadillos de pan y un cacho de queso? ¿Nada más? ¿Ni un chorrillo de aceite virgen extra? He de confesaros que esto es lo que peor llevo de salir de Cataluña; odio pedir un bocadillo de queso y que me lo pongan a palo seco (o peor, con el pan untado de Tulipán). Sí, los catalanes somos así de peculiares.

7 ...y que cuando pedimos un bikini en un bar nos miren como si hubiésemos pedido filete de unicornio

Miss Peggy negando

Los catalanes (todos, sin excepción) llamamos bikinis a los mixtos de jamón y queso porque quien primero los introdujo en Cataluña fue la sala Bikini, en Barcelona. Sala que, por cierto, todavía existe.

8 No, amigos, no todos los catalanes son del Barça

Messi mirandote

Ojo, yo sí lo soy. Y mucho. Y socio, además. Pero tengo amigos catalanes que son del Espanyol o incluso del Real Madrid (!) que les repatea que les asocien con el Barça. Así que no, amigos, no por ser de Barcelona eres del Barça. ¿O acaso le hace gracia a un señor sevillano y del Betis que le digan que es sevillista? Pues eso.

9 Incluso hay algunos a los que no les gusta el fútbol

No me gustan los deportes

Aunque sé que es tentador sacar el Barça como tema recurrente cuando tienes a un catalán delante, quieres hablar de algo y no quieres sacar el tema de la relación Cataluña-España (luego iremos a eso), preguntad primero si le gustan los deportes antes de soltarles la perorata sobre cómo veis vosotros la situación en el vestuario culé. Más que nada, porque puede que vuestro interlocutor crea que Neymar es una marca de suavizante.

10 Aún así, sufrir por el Barça es algo que nos gusta casi tanto como los culebrones de sobremesa de TV3

Sufro como el Barça

Aunque no te guste el fútbol, te sabrá mal que el Barça pierda. O que le eliminen de la Champions. O que pierda el Clásico. Puedes no saber cómo se llama ninguno de los porteros del Barça, pero si pierde, tú sufres y te angustias. Somos así de sufridos, nosotros.

11 Tendemos a comparar todas las ciudades con Barcelona (y a todas las teles autonómicas con TV3)

Barcelona

Yo soy de (y vivo en) Barcelona, y se me llena la boca de decirlo cuando cruzo las fronteras catalanas. Aunque esté infestada de turistas, el alcalde la esté convirtiendo en un parque temático y para coger el metro tenga que empeñar varios de mis órganos, Barcelona es la mejor ciudad del planeta y ay de ti si osas llevarme la contraria. Pasa lo mismo con TV3. Pon a un catalán a ver cualquier tele autonómica y verás que no tarda nada en aseverar "Sí, pero en TV3...".

12 Sí, nos gusta mucho ver TV3 por programas como 'Polònia' o el 'APM?'

María Teresa Campos

En Cataluña, TV3 es líder de audiencia. Programas como el 'APM?' o el 'Polònia' son toda institución, y muchos de nosotros no acabamos de creernos nada hasta que no lo vemos por TV3. Y es que en Cataluña, a diferencia de en muchas otras partes de España, quien ocupa el número 3 del mando no es Antena 3, sino TV3. (Antena 3 la tenemos en el 6).

13 Sentimos una absurda satisfacción cuando alguien alaba Barcelona

Nicole Richie divina

La sienten incluso los que no son de Barcelona. Sabemos que es una ciudad muy cosmopolita, escucharemos lo bien que te lo pasaste en el Primavera, lo que disfrutaste ese fin de semana emborrachándote de Modernismo, lo que te sorprendiste al ver a gente simpática y que no habla en catalán todo el tiempo, lo que te gustó tener la playa tan cerca. En la intimidad pondremos a parir al alcalde, pero cuando te oigamos alabar Barcelona nos sentiremos como si hablaseis maravillas de nuestro hijo.

14 Nos encanta sacar pecho de lo gay-friendly que es Cataluña...

Mujer con salchichas

Tenemos el Gayxample en Barcelona, Sitges a media hora en tren de la capital, en agosto la ciudad se llena de hombretones musculados por el Circuit, hordas de chicos y chicas homosexuales vienen de turismo a Barcelona por ser tan gay-friendly... ¡y si encima vienen a dejarse los dineros, mejor que mejor!

15 ...aunque envidiamos en secreto el Pride de Madrid

Drag amazing

Esto es así. A pesar de que en Madrid tengan al PP gobernando, siempre se las ingenian para que el Pride sea un evento de primer orden. Sí, nos encantaría que nuestras manifestaciones fueran tan multitudinarias, nuestros desfiles tan coloridos y nuestras fiestas tan rutilantes pero, oye, qué le vamos a hacer. Luego nos vamos al Arena y se nos pasa.

16 Nos sentimos perdidos cuando pedimos una cerveza y lo que nos traen no es ni Estrella Damm ni Moritz

James Franco extrañado

¿Mahou? ¿Cruzcampo? ¿Pero qué me estás contando? Muchos catalanes tienen tan interiorizado su amor por una determinada marca de cerveza que ya van a los sitios pidiendo directamente "una Estrella", y estos son los que peor lo pasan cuando les dicen que allí, de eso, no tienen. Un change.org para ellos, por favor.

17 Se nos hace extraño ver agentes de la Guardia Civil y nos entran ganas de hacerles fotos porque nos parecen de lo más exótico

Niño se transforma en Guardia Civil

Ver un Guardia Civil en Cataluña es como ver un koala en la Sierra de Gredos. Simplemente no pega. Hace ya varios años que los Mossos d'Esquadra tienen muchas de las competencias tradicionalmente asociadas a la Benemérita (por ejemplo, el control del tráfico), por lo que cuando vemos un control de carretera regentado por una pareja de Guardias Civiles nos sentimos como en una peli de los ochenta. Es así, qué le vamos a hacer.

18 Nos sentimos tristes si es Sant Jordi y no estamos en Cataluña

Mujer desolada

Pocos catalanes encontraréis que no amen Sant Jordi con todas sus fuerzas. Es nuestro día de los Enamorados, se celebra cuando la primavera vive su apogeo (el 23 de abril) y absolutamente todo el mundo sale a las calles a pasear y a ver los puestecitos de libros y rosas que se plantan en las calles principales de pueblos y ciudades. Pasar un 23 de abril fuera de Cataluña da penita, y podemos llegar hasta a derramar alguna lágrima cuando vemos imágenes de nuestro día favorito por la tele.

19 "¡Pues para ser catalán no eres tan soso!". Gracias, supongo

Harry Potter tira la varita

Y vuelta a los tópicos. Igual que hay andaluces sin sentido del humor, bilbaínos no exagerados o madrileños que no son chulos, también hay catalanes con gracia. No es que todos seamos absolutamente cercanos (os seré sincero, por regla general no os vamos a estar llamando 'cielo' o 'mi vida' a la primera de cambio) pero, oye, que tampoco somos tan secos. ¡A veces hasta hacemos bromas y todo!

20 Nos agota que nos saquen el temita de la relación Cataluña-España

Ian Somerhalder facepalm

Si sacáis el tema (y sólo si nos atenemos a una cuestión estadística) es posible que salgáis todos escaldados. Sí, hay catalanes independentistas y, oh sorpresa, también los hay que no lo son. Así que antes de embarcaros en una soflama en contra de los nacionalismos o de soltar una perorata a favor del derecho de los pueblos a su autodeterminación, preguntad. Y si no hay confianza, mejor hablad de otra cosa. Es mi Lunny-consejo, vamos, luego haced lo que os salga de la peineta.

21 Sentir un desconcierto absoluto cuando vemos por la tele 'Bola de Dragón' o 'Doraemon' y no están hablando en catalán

Doraemon

Para nosotros, 'Bola de dragón' es 'Bola de drac' el que vosotros llamáis Duende tortuga es para nosotros el Follet tortuga, Picolo es Cor petit... y así hasta un largo etcétera. Nosotros no veíamos 'Doraemon', veíamos 'Doraimon', temíamos a Gegant (no a Gigante) y soñábamos con tener un casquet volador (no un gorrocóptero). Somos hijos de TV3, qué queréis.

22 Que no nos entendáis cuando decimos "picar a la puerta"...

Niña disparando

Con eso queremos decir 'llamar a la puerta' -en catalán 'picamos' a las puertas-.

23 ...cuando os preguntamos "¿A qué hora plegas?"...

Tristeza

Con eso queremos preguntar a qué hora sales de trabajar -en catalán 'plegar' es acabar de trabajar; viene de cuando los marineros plegaban las velas después de haber salido a pescar-.

24 ...cuando aseguramos que el pan mejora si está "sucado" con tomate...

Perro extrañado

Con eso os queremos decir 'untado' -en catalán el verbo es sucar-

25 ...o cuando decimos que nos encantan las "racholas" de vuestro baño

Llorando

Con ese horroroso palabro, fruto de una traducción a lo bruto de rajola, nos referimos a una baldosa.

26 A pesar de todo, nos encanta hacer amigos de otras partes de España y salir de fiesta con ellos...

Fiesta

Que no os engañen: somos fiesteros como los que más. ¡Cómo no vamos a serlo, si grandes templos del despiporre discotequero como Razzmatazz o eventos como el Sónar están o se celebran en Barcelona!

27 ...aunque no aguantemos tanto la bebida como en otras zonas de la península

Vómito

Bebemos, sí. Pero no tenemos ni de lejos la capacidad de aguante que hay en otros zonas de España, especialmente en el norte. Así que si os lleváis a un catalán de juerga por (por ejemplo) el Aste Nagusia de Bilbao, puede que le veáis abrazado a una farola con los ojos en blanco cuando vosotros todavía estáis tan ricamente a pesar de ir ya por el tercer katxi.

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