China podría estar cada vez más cerca de aprobar el matrimonio igualitario dentro de sus fronteras. La Comisión de Asuntos Legislativos de la Asamblea Popular Nacional de China ha recibido más de 237.000 sugerencias online y más de 5.600 cartas, en las que los ciudadanos pedían ir más allá en "el alcance de los parientes cercanos", "mejorar la deuda con uno de los cónyuges" y "legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo".
Ante la avalancha de peticiones, el país asiático no descarta plantearse un cambio de rumbo para aceptar el matrimonio igualitario, según confirma el portavoz de la comisión Yue Zhongming.
Sin embargo, el informe remitido por las autoridades chinas no especifica si el cambio de legislatura contemplará la aprobación del matrimonio igualitario en la próxima actualización del código civil, pero todo apunta a que los chinos están un paso más cerca de conseguirlo. La Asamblea Popular Nacional de China revisará el borrador de la nueva versión en el mes de marzo de 2020 y será entonces cuando se conozca realmente el futuro de la cuestión.
Un paso más cerca
Algunos líderes de opinión están movilizando a la población a través de encuestas en Weibo, la red social más popular del país, para conocer su opinión sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Representantes del colectivo LGTBI también han dado su parecer, como es el caso de Zhijun Hu, director ejecutivo de PFLAG China, quien asegura sentirse "muy feliz" sobre esta observación, que le ha pillado un tanto por sorpresa. "Estoy seguro de que esto traerá cambios", apunta Hu. A pesar de lo esperanzador de su testimonio, él mismo no cree que vaya a ocurrir tan pronto y tiene dudas sobre "si la sociedad china está lista" en estos momentos. "La gente necesita tiempo para conocer estos problemas y conocer a las personas LGTB", reflexiona.
Si bien China dio grandes pasos a comienzos de la década pasada cuando despenalizó la homosexualidad en 1997 y la eliminó de su lista oficial de trastornos mentales en 2001, aún es un tema tabú en la sociedad y, por tanto, también en la cultura y los medios de comunicación. Las personas con una orientación o identidad de género no convencional sufren aún las consecuencias de una sociedad que aún tiene un gran trabajo por hacer en materia de derechos y respeto al ser humano.
Beijing no tiene aún ninguna ley que de forma capital pene la discriminación o el abuso por agresiones de esta índole, aunque todo podría ocurrir si el colectivo gana la lucha y se hacen con la aprobación final del sacramento. A diferencia de la China, Taiwan sí que reconoce el matrimonio igualitario entre personas LGTBI y de hecho, fue el primer país asático, solo reconocido por otros 14 estados en el mundo, en aprobarlo. Taipéi es considerada por el Gobierno comunista chino como una provincia más de su territorio.
