Cayetana Álvarez de Toledo ha vuelto a meter la pata. De hecho, no es la primera vez. Sin embargo, esta vez ha llegado a levantar asperezas dentro de su propio partido. El Partido Popular está molesto con ella después de que, como su portavoz en el Congreso, cambiara su discurso en torno a la cuestión catalana en nombre de todos ellos.
La número uno en las listas por Barcelona pidió "perdón" en nombre de la formación de Pablo Casado por haber sido extremadamente y "profundamente anticatalanistas", con respecto a lo ocurrido recientemente en la comunidad autónoma en la que se presenta. Asumió que adoptaron el nacionalismo catalán "como animal de compañía". Así lo describió.
Sus comentarios han traído consigo una ola de críticas dentro de las filas populares y es que en plena recta final de su campaña con respecto a los comicios generales del 10 de noviembre, la derecha ideológica española no quiere despistar a su electorado y echar por tierra todo lo que han conseguido en los últimos meses.
Los militantes populares han querido desmarcarse completamente de los comentarios emitidos por Álvarez de Toledo, incluida la dirección nacional de la formación, quien ha tildado de inoportunas e innecesarias sus palabras.
Le piden que se centre en Barcelona
Fuentes del partido han confirmado a los medios de comunicación la sorpresa inicial con la que recogieron y dieron cuenta de los testimonios de su portavoz parlamentaria, los cuales condenaron y replicaron, con un enfado y una indignación propia de una agrupación que no ha hecho más que sumar apoyos tras el bloqueo político al PSOE.
De hecho, los pronósticos pintan muy bien para los de Casado y cualquier mínimo descuido podría ensuciar lo que están a punto de conseguir. Algunos hasta dicen que la que fuera la segunda fuerza política en las generales de abril podría arrebatar la Presidencia del Gobierno en La Moncloa a Pedro Sánchez, aunque las predicciones aún no contemplan semejante hipótesis.
"Son unas declaraciones claramente excesivas. Sobraba lo que ha dicho, no ayuda", apuntan desde la sede popular en la Calle Génova (Madrid). La dirección nacional del Partido Popular no se identifica con las declaraciones de la política nacida en Madrid por una cuestión histórica, en la que a lo largo de los años, sus dirigentes conseguían mejores resultados teniendo en cuenta lo tensa que ha sido siempre la situación en Barcelona. Un asunto que genera escisiones internas y enfrentamiento entre los miembros del partido, como ha vuelto a ocurrir esta vez. En palabras del PP, su dirigente Pablo Casado no puede permitírselo.
La argentina no convence a sus compañeros con sus últimas intervenciones en público y está siendo muy cuestionada por cada aparición que realiza ante los medios de comunicación. Tampoco sedujo con su presencia en el debate de los grupos parlamentarios el pasado viernes 1 de noviembre y señalan que su actitud no fue la correcta de cara a todo lo que tuvo que hacer frente aquel día. "Ha tenido días mejores, la verdad", opinan en los círculos de Pablo Casado.
Además, señalan que no sabe mediar y encauzar su discurso fuera del tema catalán, algo que "controla más". Es por ello, que en los últimos días previos a las elecciones, el PP ha instado a la marquesa de Casa Fuerte a poner el foco en la provincia que encabeza, su circunscripción y deje el resto del territorio a otros compañeros competentes. A diferencia de lo acontecido en la anterior cita electoral, no está previsto que aparezca en la asamblea de cierre de campaña que tendrá lugar en Madrid a finales de esta semana.
