Mauricio Ossola, un joven de 23 años, contrajo matrimonio en febrero de 2015 con su propia tía abuela, Yolanda Torres de 91 años. La ceremonia se produjo en la provincia argentina de Salta y llamó la atención de todos los medios por todas las particularidades que rodearon a la historia.
Sin embargo, en matrimonio duró poco tiempo. En abril de 2016, Yolanda falleció y Mauricio, ya viudo, ha aprovechado desde entonces para que el Gobierno le pase una pensión que, en este caso, le niega.
Por su parte, Mauricio no se resigna ni se da por vencido, y por ello ha llegado a apelar a la Corte Suprema del país latinoamericano "si fuera necesario" para reclamar lo que cree que le corresponde.
La Administración duda de que el enlace pueda tener validez real, porque no pueden determinar si su tía abuela era realmente consciente de lo que estaba haciendo. Un dato que se suma a que los vecinos no tenían ninguna constancia del enlace, ya que no hacían especiales muestras de cariño en público.
Mauricio, mientras tanto, se defiende argumentando que ella "tenía una lucidez asombrosa, pero ignoraba cuestiones de derecho y quería estar segura de que nuestro matrimonio no tendría ningún vicio de ilegalidad".
La Justicia destaca que el matrimonio civil fue "especialmente discreto" y que no tuvo invitados. "Ella fue un sostén importante en mi vida y esa fue su última voluntad", ha reconocido el joven. Ahora, continuará con su batalla legal para que el Estado le conceda finalmente una pensión de viudedad con la que poder pagar todos sus gastos.
