"A raíz de una serie de peticiones de los ciudadanos, del Parlamento Europeo y de determinados Estados miembros de la UE, la Comisión ha decidido someter a estudio el funcionamiento de las actuales disposiciones sobre la hora de verano y determinar si deben modificarse o no". Así anuncia la Comisión Europea (CE) en su página web la consulta, lanzada este pasado 4 de julio, sobre seguir o no con los cambios de hora en los meses de marzo y octubre. La votación se cerrará el próximo 16 de agosto y tras conocerse los resultados la CE estudiará si cambia esta costumbre o no, según lo que haya decidido la ciudadanía en su conjunto.
Los resultados se publicarán en la propia web de la CE para que todo el mundo conozca qué prefiere la ciudadanía europea acerca de este asunto y la encuesta se puede realizar en cualquier idioma de la Unión, excepto en irlandés. Para que se sepa qué se vota, ponen a disposición de los votantes qué trae consigo el cambio de hora en materia de energía, salud o seguridad vial, entre otros ámbitos.
En el caso de que se dejase de aplicar el cambio de hora de verano se establecería para siempre el huso horario de octubre, es decir, no adelantaríamos los relojes en marzo y por tanto los días en verano no serían tan largos. Sin embargo, el tiempo de ocio a plena luz sería más corto del que podemos disfrutar en estos momentos.
Parecer ser que la consulta se esperaba con ansia, y es que la web de la encuesta está colpasada en la mañana del 7 de julio.
Pros y contras del cambio de hora
"Se considera que la hora de verano genera efectos positivos vinculados el incremento de las actividades de ocio al aire libre. Sin embargo, los estudios cronobiológicos parecen indicar que su impacto en lo biorritmos humanos podría ser más importante de lo que se suponía. Los datos sobre los efectos globales en la salud (esto es, el saldo entre las repercusiones positivas y negativas) no son concluyentes", explica la propia CE.
Asimismo asegura que existen varios estudios que indican que el efecto global del ahorro de energía que se deriva de la hora de verano es marginal. Mientras que garantiza que la tecnología ha hecho que el cambio de hora no influya en la agricultura ni en la ganadería. Sin embargo, recomienda que todos los países tengan la misma hora para evitar un detrimento en el mercado interior, ya que existen inconvenientes para el transporte y las comunicaciones.
