Una mujer de Zaragoza ha sido enviada a prisión tras haber hecho algo que a muchas personas le hubiera gustado hacer en sus más profundos sueños. La ropa en España cada vez es más cara y, a lo largo de los años, hemos ido observando cómo Inditex, la multimillonaria compañía textil de Amancio Ortega, ha ido incrementando los precios de sus prendas, especialmente en Zara.
Los hechos han ocurrido en tres de sus establecimientos de la capital aragonesa, ubicados en Grancasa; Puerto Venecia y paseo de Las Damas. Puede sonar muy poco realista, pero es tan increíble como cierto. Hay personas que son tan descaradas como haber cambiar todo su armario cada mes sin que nadie se haya dado cuenta en seis meses.
A Tania M.A., de 31 años, se le ocurrió la idea, tan fantástica como ilegal, de saltarse una de las normas que todas las marcas de la compañía gallega impone a sus productos: en caso de devolución, han de ser llevados de vuelta a cualquiera de sus establecimientos en un plazo máximo de un mes y por supuesto, no pueden estar usados.
A esta ciudadana natural de León no le importó, de hecho, esquivó todas las miradas durante un período de seis meses, comprendido entre los meses de octubre de 2017 y marzo de 2018, tras renovar su armario sin pagar un céntimo, gracias a un sistema fraudulento de intercambio de etiquetas.
Esto le permitía renovar su armario cada temporada sin ningún tipo de esfuerzo, más que el de comprar prendas nuevas y utilizar posteriormente sus etiquetas internas y externas para ubicarlas en otras que ya había utilizado, que hacía pasar por recien adquiridas. Después las devolvía y por tanto, recuperaba un dinero que seguía empleando para sí misma y por supuesto, en ropa, zapatos y accesorios de la marca. ¿Quién no ha soñado alguna vez en poder usar tanta cantidad de ropa sin tener que hacer ningún desembolso?
Estudió minuciosamente las etiquetas
La acusada de un delito de estafa continuada acudió a los juzgados el pasado 30 de septiembre de 2019 para conocer la pena que se la aplicaba tras sus acciones. Seis meses son muchos meses, sin embargo, ella va a dar cuenta de lo que significa este tiempo cuando tenga que hacer frente a ellos entre rejas.
Las dependientas de tres establecimientos de Zara diferentes ubicados por la ciudad aragonesa tardaron en darse cuenta de cómo actuaba y de hecho, el Juzgado de lo Penal 4 de Zaragoza no dudó ni un minuto en afirmar que su plan estaba fría y seriamente calculado al milímetro. Tanto, que nadie se dio cuenta de que manipulaba las etiquetas de los artículos que le venían bien.
La cadena de moda actuó de forma pasiva ante la irrisoria situación. Irrisoria, porque a nadie en su sano juicio se le ocurriría llevar a cabo lo que esta chica hizo durante tanto tiempo. A nadie que no quisiera arriesgarse a ser condenado por robo y estafa. Con total discreción, Tania estudió bien el sistema de etiquetas de Inditex, hasta el punto de conocer exactamente qué numeros del código de barras correspondían iban en concordancia con según qué color de prensa.
Durante la vista, las tres encargadas de las tiendas Zara en las que esta mujer había realizado sus actos confirmaron que acudía frecuentemente al negocio y se dirigía únicamente a las cajeras, que sin ayuda de las encargadas, se valen por sí mismas para realizar devoluciones en la tarjeta con la que se habían pagado las compras.
La juez apunta a que los hechos ocurrieron porque siempre se dirigía a una cajera, que normalmente se fija en que la etiqueta interior y exterior de la prenda coincida. Tania sabía muy bien lo que hacía. "Su mayor conocimiento del stockage les hubiera permitido detectar que la prenda devuelta no se correspondía con la etiqueta", explica la juez en la sentencia, refiriéndose a las empleadas de la firma.
La acusada negó los hechos en todo momento. En su declaración llegó a alegar sus pocas habilidades con el hilo y la aguja. Aseguró que la costura no se le daba bien, aunque la juez no se lo creyó, garantizando que había pruebas suficientes para confirmar el engaño: "El hecho de que tanto la etiqueta interior como la exterior sean coincidentes y sean colocadas precisamente en prendas de similar color, evidencia el mecanismo engañoso y el ánimo de lucro, pues de esa manera renovaba el vestuario a coste cero".
No fue hasta que cada una de las tiendas de Zara, anteriormente citadas, informó al Departamento de Mermas y Seguridad, que finalmente pudo constratar las irregularidades en cada uno de los establecimientos y así asumir que habían sido perpetrados por la misma persona, con la misma tarjeta de crédito, que no solo compraba sino que también hacía un sinfin de devoluciones.
A pesar de que serán seis meses, la Fiscalía pidió un total de 16 meses para la estafadora, un tiempo inferior al que reclamó Inditex, que no dudó en intentar pedir por ella dos años de prisión. La defensa por su parte intentó que le otorgaran la libertad sin cargos, algo que el juez desestimó tras conocer claramente lo ocurrido y cómo se había llevado a cabo el delito. Sin embargo, su abogado cree que de no haberse destapado su fraude, lo hubiera seguido haciendo durante mucho tiempo. La leonesa afincada en Zaragoza reclamará su pena a la justicia su pena y debido a que no tiene antecedentes, presentará un recurso para pedir la suspensión de la misma y así evitar su entrada a Zuera.
