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Le bastó una hora en la calle para demostrar que el acoso callejero existe

Una mujer hizo la prueba: se quedó quieta en la calle durante una hora. Le bastó eso para demostrar que el acoso callejero es real.

Las quejas sobre el acoso callejero, sobre las vejaciones que tienen que soportar las mujeres al salir a la calle son el pan de nuestro día. Se las culpa a ellas, siempre. Por su supuesta actitud, por su ropa, por su comportamiento... Siempre hay una buena excusa para decir que las culpables del acoso son ellas. No obstante, una estudiante holandesa, Noa Jansma, ha demostrado que todo esto no son más que pamplinas. Que los únicos culpables del acoso callejero son los hombres que acosan.

Lo que hizo Noa Jansma para demostrar esto fue sencillo. Salió a la calle, tal y como suele hacer de costumbre, y fue fotografiando a todos los hombres que se propasaban con ella. Posteriormente, publicó esas fotografías en Instagram, para hacer partícipe al mundo de lo que deben sufrir las mujeres en su día a día. De esta forma, esperaba ser capaz de demostrar que el "catcalling", o el acoso callejero, es una realidad.

Aunque no ha sido la única que ha tratado de demostrarlo. Para apoyar este movimiento, el youtuber Jason Moments quiso hacer un experimento, grabando todo lo que sucedía en vídeo. Contó, para ello, con la ayuda de su amiga Eva. Le pidió que se quedara en la calle, quieta, durante una hora. En ese breve lapso de tiempo, y tal y como se demuestra en el vídeo, son muchos los hombres que pasan por su lado; hombres que, por su apariencia, podrían no parecer acosadores, pero de los cuales muchos se comportan como tal. Hay uno que incluso llega a tocarle el culo, sin que ella dé su permiso.

También hubo quien le pidió permiso para tocarle el culo, hombres que se acercaron a ella en coche por si quería que la llevaran a algún lado, hombres que le pidieron el número de teléfono... Y lo único que hizo fue estar en la calle. Quieta. Las imágenes fueron tomadas en Londres, pero es algo que sucede en prácticamente todos los sitios del mundo, sin excepción. Es incómodo, es violento y es, sin duda, un acto de machismo deprorable. Por desgracia, por ahora solo se encuentra penado en los Países Bajos y, aún así, la ley no se pondrá en vigor hasta el uno de enero de 2018. Si bien es cierto que en España podría ser considerado delito, todavía queda mucho trabajo por delante para conseguir que esto suceda.

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